FOROS SOBRE EL MUTUN SON SALUDOS A LA BANDERA
- Muchos quieren saber cómo se evitarán los negativos efectos medioambientales sobre la región de Puerto Suárez, pero entre la Jindall Steel, el gobierno y sus seguidores, se dedican a reprimir esas críticas muchas veces a nombre de la defensa del “proceso de cambio”.
- La explotación del manganeso se considera tanto o más importante que la de hierro, pero es un aspecto que se mantiene en una nebulosa.
(ASC-Noticias) 21- julio -2008
Por Raúl del Bejár
Desde que se discutía sobre la explotación del Mutún, cuando se instaló el Gobierno de Evo Morales, las comunidades campesinas, indígenas y sectores sociales se preocuparon de exigir a los representantes del mismo que sean más claros y directos respecto a las negociaciones con la Jindall y el futuro de la región. Sin embargo, lamentablemente, no hay respuesta y tras varios meses de haberse firmado el contrato (casi un año), las autoridades nacionales siguen trabajando sin tomar en cuenta a los sectores sociales y dando muchas ventajas a la Jindall.
Ya se han realizado dos foros sobre la explotación del Mutún, pero siguen muchas incógnitas sin resolver. El último fue el sábado 14 de junio pasado en el municipio de Puerto Quijarro, en el hotel Pantanal, y fue organizado por la Empresa Siderúrgica Mutún del Estado boliviano y la Jindall Steel (transnacional que se adjudicó la explotación del gigante de hierro). Asistieron comunidades indígenas y campesinas, ganaderos de la zona, autoridades locales, sectores sociales urbanos y autoridades nacionales como el director del INRA nacional y ESM; y se pudo notar la intención del Gobierno de evitar que las organizaciones sociales, campesinas e indígenas cuestionen las decisiones tomadas por parte de la empresa y también del propio Gobierno.
Al finalizar el evento, los asistentes que quisieron participar con preguntas se vieron frustrados al no poder hacerlo y disipar sus dudas. Su irritación fue evidente ante el manejo poco claro que hace el Gobierno en relación a la explotación del Mutún.
Preocupados de los efectos ambientales del desarrollo del proyecto criticaron el foro diciendo "... hablaron bastante del hierro y se dedicaron a explicar con lujo de detalles la forma cómo sería el proceso de transformación, pero no dijeron nada sobre los productos químicos que tendrán que utilizar para hacer este proceso...".
Es que los expositores minimizaron el aspecto de la contaminación ambiental y los efectos que para la región representa la explotación a cielo abierto. Esto se torna muy peligroso, más aún ante la pasividad y la cabeza gacha de las autoridades locales. Se teme que, en un futuro no muy lejano, los de la provincia y la región se lamenten por los impactos severos que causará la actividad minera. No obstante, hay algunas propuestas de instituciones y sectores sociales para realizar un Estudio Ambiental Estratégico que pueda ayudar a prever situaciones peligrosas, "... lo malo es que ninguna autoridad hasta ahora se pronuncia y en estos actos (refiriéndose al foro) no permiten la participación de los asistentes".
Por otro lado, siguiendo con la misma actitud de los anteriores gobiernos, se oculta a la población elementos muy importantes como por ejemplo ¿qué están haciendo con el manganeso? Según lo poco que se sabe del contrato (porque no lo han publicado), el manganeso no está siendo tomado en cuenta como algo prioritario, aunque el precio de la tonelada de este mineral es mucho más que el del hierro (oscila entre 800 y 900 dólares/tn) y el Mutún tiene unas reservas aproximadas de 10 mil millones de tn de manganeso. En ese foro no dijeron nada al respecto. Es más, según artículos de opositores al gobierno, dentro del contrato, se estaría estableciendo un pago a la Jindall, por parte del Estado, por el proceso de separación que hará esta empresa entre hierro y manganeso.
Ante las muchas incógnitas, la actitud sigue siendo la misma que la de anteriores gobiernos y sus políticos tradicionales, hermetismo. Mientras los llamados movimientos sociales, que secundan ciegamente al Gobierno, desarrollan un sentimiento de paternalismo ilimitado y mucho sectarismo hacia cualquiera que cuestione. Por ello, si alguno está en desacuerdo con la actitud y el procedimiento gubernamental ya nomás se le tacha de autonomista oligarca. Esas son las mismas prácticas tan criticadas a la derecha. Los sectores sociales indígenas y campesinos que apoyan el “proceso de cambio” pero que muestran dudas sobre ciertas prácticas están sentenciados a callarse. Así sólo se les empuja a la derecha. Es un juego muy peligroso.
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