CÍVICOS CRUCEÑOS MÁS RECALCITRANTES PERO MÁS AGOTADOS
· Se agarran de los “25 años de democracia” para darse una fachada de demócratas a rajatabla, negando su racismo y conservadurismo.
· En la efemérides cruceña volvieron a mostrar sus tendencias independentistas disfrazadas de “cariño” por el terruño.
· La competencia chirle con Evo Morales por lograr un perfil superior es una prueba de su limitación política.
(ASC-Noticias) 15 octubre de 2007
Por Julio Figueroa
Cívicos anticomunistas pro dictaduras y neoliberales ahora son demócratas
Afirmando que veneran la democracia, tras 25 años de vigencia del régimen parlamentario se organizaron sendos actos en el Comité Cívico, la Alcaldía y la Universidad, para recordar el 10 de octubre de 1982, cuando Siles Suazo (UDP) llegó a la presidencia. Pero ¿a quien pueden engañar estos nuevos demócratas? A pocos, y prueba de ello es que fueron actos con presencia de reducidos grupos. La masa hace tiempo que no cree en esa democracia.Los cívicos y las logias, en sus cálculos politiqueros han visto conveniente abanderar este discurso sólo porque les sirve como recomendación a nivel nacional e internacional para borrar su mala fama de fascistas y así tener mayor margen de maniobra para sus conspiraciones.
En la Universidad Gabriel René Moreno, el neoliberal y proemenerrista Reymi Ferreira, junto a todo el aparato pro cívico se pavoneó como defensor de la democracia. En el Concejo Municipal, el almidonado Oscar Vargas, con lágrimas de cocodrilo, destacó el papel de Lidia Gueiler, desbancada por García Meza que pisoteó la débil democracia para servir al banzerismo y a las logias cruceñas que festejaron ruidosamente la llegada de la dictadura. Mientras la dictadura de narcos decretaba toque de queda en las noches para perseguir y asesinar a opositores, los cívicos y logieros de ese entonces tenían abundante vida social nocturna, asistían a cenas y cócteles con los dueños del poder, las noches cruceñas eran de luces y fiesta para ellos. Sólo se opusieron a García Mesa cuando el descrédito del régimen de narcos fue muy grande y obvio, tanto que Banzer renunció al cargo de embajador en la Argentina para aparecer en la “oposición”.
De contrabando se condecoró a la prensa como “El Mundo”, vocero tradicional de la reacción empresarial, y a la “Estrella” en la persona de Centha Reck, la profeta anticomunista, una mezcla repulsiva. Les galardonaron como defensores de la democracia pese a que el pasado 7 de agosto promovieron que la gente salga a matar indios, pues con sus falsificaciones esperaron generar el pánico anunciando que tras la parada indígena militar el gobierno haría un genocidio de cruceños en venganza por los clamores de autonomía de esta “noble y libre tierra”; junto a otros generaron mucha incertidumbre y dañaron la frágil economía.
Pero quién puede creer en su democratismo de última hora. Las nuevas generaciones orientadas por la cultura light y desconocedora del pasado, tal vez, y los fanáticos que nunca faltan, por supuesto que sí.
Pese a su mentado y autoproclamado espíritu democrático, el tono anticomunista del discurso destaca como vena que arrastran del pasado y proyectan al futuro. La democracia que alaban con tanto bombo y platillo finalmente fue para el pueblo privaciones y pérdida de la esperanza, por lo tanto es correcto que ellos, como expresión de la derecha más recalcitrante, se adjudiquen este proceso. Gracias a la “democracia” que se reduce a emitir el voto para todo y por todo, donde los que tienen plata tienen la posibilidad de ser elegidos, llegaron alto, al aparato estatal, para medrar de él y ocultar su pasado de narcos irreverentes y convertir a sus nuevas generaciones en camada de nuevos ricos.
Aparentar que son “demócratas” es parte de su peleita ya legendaria con el MAS. No es casual que por su lado el gobierno también quiera aparecer como heredero de la democracia, condecorando a los héroes del “retorno a la democracia” que se brindaron a ser instrumentalizados por un gobierno que sigue los pasos del gonismo, que persiste en mantener a las transnacionales en el país y defiende a bala las válvulas de gas de las petroleras ante las protestas sociales. En el MAS igual milita gente del antiguo régimen y otros que por ejemplo abrevan ideológicamente del indigenismo anticomunista que apoyó a García Meza.
Lucen sus aristas independentistas disfrazadas de cariño a la tierra
En el mes aniversario de la rebelión criolla del 24 de septiembre de 1810, los cívicos cruceños, como es habitual, buscaron potenciar su imagen cívica, opacada por su fama de desarrollar líneas políticas derechistas neoliberales, divisionistas, racistas y de alianza con transnacionales, imagen ya venida a menos pero agravada por los últimos y bochornosos casos de violencia de su “paro cívico”. Para ello, sus voceros, llenaron los espacios de los medios con el discurso “Te amo Santa Cruz” y así aparecer como inocentes enamorados orgullosos de la “pujanza” regional y predispuestos a recibir a todos con los brazos abiertos y otras cosas por el estilo. El problema es que todo eso es falso y lo serio es que no se autocrítican, niegan rotundamente cobijar los prejuicios que siguen sosteniendo pero que en sus acciones delatan a cada paso.
Habitualmente los cívicos para nada hablan del significado de la rebelión de Santa Cruz contra el dominio colonial español, del pensamiento de los colonizadores españoles confrontado con los patriotas de ese entonces, de porqué no llegaron a un acuerdo “pacifico” con aquellos (siendo que los cívicos, sus herederos, dicen que todo se puede con paz y diálogo), de porqué los criollos recurrieron a la violencia para derrotar a la corona, de cuál la salud de ese proyecto republicano llamado Bolivia que sus abuelos forjaron en alianza con los “altoperuanos” y bajo protección del ejército venezolano y colombiano guiado por Bolívar y Sucre, en contra de los deseos de Perú y Argentina.
En vez de eso, para festejar el 24 de septiembre, se esforzaron en reescribir la historia reproduciendo con más fuerza y descaro la versión provocadora de que Santa Cruz es una gran víctima en Sudamérica, que sus raíces profundas jamás dejaron de estar ligadas a Asunción del Paraguay, que formar parte de Bolivia sólo le trajo pesares, tanto así que cuando nació era un extenso territorio que iba del Acre hasta Tarija y del Matto Grosso brasileño hasta lo que ahora es Chuquisaca, pero “la colonia y la república desmembraron nuestro territorio sin consultar a los cruceños”. ¿Pero porqué mostrar de manera tan sesgada y grosera los hechos históricos? Sólo para alimentar el chauvinismo y las tendencias separatistas, aprovechando la época, lo que demuestra que su bolivianismo es una careta del independentismo inspirado en esos enfermizos teóricos de Nación Camba como Sergio Antelo, Ángel Sandoval y Paula Peña. También Carlos Valverde, comentarista televisivo que actúa en los medios de las logias, fomenta esas tendencias al decir que “es preferible ser cabeza de ratón que cola de león”. Es que el deporte preferido de las logias en Santa Cruz es resucitar fantasmas del pasado, no en vano metieron mano en el problema de la capitalía. Hacen todo eso pese a que juran que Evo es un rencoroso por andar hablando de los “500 años de opresión indígena” y fijándose en el pasado “para despertar odios y rencores”.
Los burros criticando al caballo por cuadrúpedo
En la efemérides departamental se abusó de esa versión de la historia alimentada por los cívicos. Medios como “El Deber” y “El Nuevo Día” la secundaron publicando láminas para escolares con dibujos de mapas de la Santa Cruz colonial, de dudoso valor histórico por no ser de fuente oficial y veraz, sino de autoría de Carlos Cirbián, otro fanático que busca alimentar el separatismo. La versión se parece a la inventada por los nazis sobre la supuesta ¡Alemania humillada por Europa, a la cual los vecinos envidiosos desmembraron y se repartieron…! ¡Alemania, apuñalada por la espalda por los judíos!
Echando más leña al fuego, Full TV, canal de televisión ligado a las logias, presentó zalameramente párrafos del libro “Santa Cruz, república independiente en el corazón de Sudamérica” del argentino Enrique de Gandia, escritor a sueldo de los intereses que acechaban a Bolivia en los años 30 del siglo pasado. Ese libro en su tiempo fue probada provocación, financiada y orquestada por las petroleras, para dividir el frente boliviano al iniciarse la guerra y apoyar la invasión paraguaya al Chaco boliviano. Full TV muestra la historia descontextualizada.
La estrategia es mentir, distraer y ocultar a la verdadera Santa Cruz
Con esta versión de la historia cruceña, que se oyó con más fuerza este año, los cívicos chauvinistas ocultan la realidad llevando a la gente a un mundo de fantasía, como en la Expocruz, el Disney cruceño. La estrategia cívica parece ser difundir sus versiones antojadizas y a la vez impedir el debate, mientras se distrae a la población con eventos light. Creen que entre la serenata a Santa Cruz en el parque Arenal y el puro reggaetón de la feria, la gente puede asumir que la realidad son las reinas y el lujo del que carece.
Invitar a Evo Morales a la feria en un primer momento fue parte de la campaña para promoverla aunque otros se opusieron porque sugieren que el gobierno busca destruirla. Los cívicos previeron que la gente lo insultaría y pretendían usar eso para que se vea el rechazo al centralismo y el apoyo a ellos. Gabriel Dabdoub al anunciar la invitación a Evo a la feria aclaró que no podían dar garantía de nada a Morales. El propio Costas cuando pidió a Evo que asista a los actos del 24 de septiembre insinuó que habrían insultos y repudio al gobernante anticipando que el “presidente escuchará al pueblo”. Ellos no instan a una masa cegada por el racismo a actuar con respeto. Este es un uso censurable del racismo como elemento de sus cálculos políticos. O sea que su silencio es manipulador, hacen decir a otros lo que ellos también sienten y no pueden decirlo abiertamente, excepto el loco Percy. Pero como los psicópatas que matan porque dizque recibieron una orden divina, dicen que el racismo les llega del “colla”.
También hubo por televisión mucha propaganda felicitando a Santa Cruz por su cumpleaños. Una muestra de mucha ignorancia de los medios pues no se dio la fundación de Santa Cruz de la Sierra ni del Departamento, sino el aniversario del levantamiento criollo contra los españoles.
Un spot de forma sutil glorificó a empresarios e inversionistas y de paso lanzó glorias a la gente sencilla, a los de abajo. En otro los cívicos son reconocidos como abanderados de la unidad nacional, de la democracia y la libertad, pero mientras decían esto sus pupilos de la Unión Juvenil Cruceñista fueron hallados infraganti en un enfrentamiento por tierras en la carretera a San Ramón sirviendo a un terrateniente. Los cachorros de los supuestos demócratas en trajines ilegales.
Otro spot repitió que la autonomía es TRABAJO, cosa que contrasta con la realidad cruda donde los cruceños siguen emigrando en busca de trabajo que les permita vivir dignamente y mujeres trabajadoras de las guarderías reclaman al prefecto que cumpla su promesa de pagar mil bolivianos de salario, evidenciando que los poderosos no reconocen el verdadero valor del trabajo de los de abajo.
La Prefectura también lanzó otro spot dónde algún artista canta a favor de las autonomías diciendo “autonomía es democracia… autonomía es libertad…” pero sólo con dar una mirada a las fábricas de la ciudad se sabe que el trabajador que haga algún reclamo por los bajos salarios u exija otra reivindicación el empresario autonomista, este lo despide de inmediato.De qué libertad y democracia se canta si el obrero vive la dictadura de los patrones.
La verdadera Santa Cruz de hoy contrasta con esa imagen que se difunde que es la parte de la realidad que les conviene, la de las fraternidades, de los cafés, la de la feria de escotes y traseros de azafatas pero no la del obrero, el jornalero, el llegado de occidente, el que recoge la basura, el vaquero que trabaja para los dueños de haciendas, el camba… Si muestran a Santa Cruz Pero los cívicos están más preocupados en llamar la atención nacional, en dirigir Bolivia, por eso la realidad común del camba corriente no les importa, están peleando por grandes cosas, grandes ideales como “libertad y democracia”. Así cumplen abiertamente el papel de partido político cosa que también niegan.
Muchos, incluso ex autoridades, se las dan de poetas escribiendo poemas para esa Santa Cruz que sólo hay en sus cabezas o se pierde en un pasado costumbrista. Allí estuvo, por ejemplo, Carlos Hugo Molina, ex prefecto cruceño del gobierno de Carlos Mesa, intelectual, leído, estudioso y hasta dizque socialista. Luego de ser galardonado por el alcalde de los cívicos, que ayer nomás le decían “traidor a Santa Cruz” porque no accedió a sus presiones por autonomías el 2005, tomó el micrófono para decir unas palabras en el acto. Se hubiera esperado que Molina hiciera un balance concreto y objetivo de la realidad cruceña, que por cierto no es nada halagadora, alejado de las pasiones pues es lo que se espera de alguien que cumplió función de prefecto. Pero la ex autoridad sorprendió… con unos versos a la Santa Cruz de antaño, entonces la institucionalidad se deshizo en aplausos porque sonó a melodía para sus oídos. Fue su cuota para dejar de ser proscrito como otros arrepentidos, léase Guido Guardia y Adriana Gil.
Se preocuparon por la apariencia de la ciudad, que lleve el verde y blanco, pero no para reconocer la esencia de la rebelión de 1810 mostrando que para ellos poco hay que decir sobre lo que fue esa fecha, por ello no hubo conferencias o debates acerca de las ideas que motivaron la sublevación criolla o las prácticas de la política de entonces, ni se mencionan las ideas liberales de avanzada que tenían criollos como Juan Manuel Lemoine o Antonio Vicente Seoane.
Las instituciones supuestamente llamadas a impulsar la reflexión no tienen ni idea de abrir el debate sobre las prácticas coloniales de los representantes de la corona española de esa época porque probablemente pondrían al descubierto que se siguen reproduciendo. Ahí está el desprecio a las creencias religiosas nativas, racismo, la explotación y otras. Prefirieron crear un ambiente de jolgorio más que de reflexión y crítica que permita que la sociedad cruceña conozca y supere los errores del pasado. Promovieron el encierro sobre si mismos, como Percy Fernández, el alcalde, que en su discurso en el Concejo Municipal aseguró ¡no somos racistas! ¡somos buenos!, Santa Cruz tiene los brazos abiertos, es hospitalaria, la gente es amable, sin acordarse que el mismo dijo “no nos traigan más indios y collas”. La negación indica falta de arrepentimiento y es un mal ejemplo para los ciudadanos que ven en la actuación de los jerarcas un visto bueno a prácticas discriminatorias. Así el racismo va y viene por largo tiempo.
El MAS también apareció en septiembre, igual, sin resaltar lo que pasó hace 197 años. Eso sí, estuvo Evo, coqueto con sus cheques y una rama de sus militantes desfiló ante el palco oficial levantando el brazo izquierdo.
Tras el desinterés por el debate está el hecho de que poderosos sectores resaltan la apariencia de las cosas por motivaciones neoliberales, proyectando una imagen “light” de Santa Cruz asegurando que sólo podemos sobrevivir como país aceptando las políticas coloniales que dicta el capital financiero, principalmente EEUU, y condimentan su discurso promoviendo el fanatismo regional con la especie de que el cruceño ama a su tierra, lo que es obvio pero no superlativizado.
Ponen a Santa Cruz como si fuera una persona en relación con otras, como si hablara, cuando en realidad Santa Cruz es una sociedad donde hay diferencias, unos son grandes empresarios con inmenso poder y otros viven de su trabajo y para el trabajo, sin mayor poder ni riquezas; unos ejercen poder político y económico, otros no.
El “amor a Santa Cruz” es en realidad otro intento de manipular el sentimiento de pertenencia al lugar donde se nace o se vive, pero en beneficio de los dueños del poder a nivel local para anular toda crítica a su gestión ya sea prefectural o municipal. Cuando alguien señale delitos o simplemente hechos que no cree correctos inmediatamente será descalificado señalando que “no ama a Santa Cruz”. En realidad ellos aman los lujos viéndose en el espejo de EEUU y Europa.
Divinizan a Santa Cruz, por no decir a ellos mismos, y llaman a rendirle amor y reverencia, a ellos. Manipulan el malestar de la gente y creen que podrán usarla sin límite, burlando el descontento ante la crisis económica no resuelta. Mientras los poderosos sigan abusando, la sed de justicia se acumula en los de abajo.
En síntesis, el objetivo de los cívicos en septiembre fue aparecer patriotas y querendones del terruño, pese a que en la memoria popular está fresco ese “civismo” del palazo que ejercen a través de los unionistas, los “fraternos” y los comparseros y el uso manipulador de la bandera para sostenerse en el potro.
Cívicos se agotan por generar incredulidad y malestar
Este año se evidenció que poco a poco gana terreno el malestar, la incredulidad y la desconfianza hacia los cívicos. Eso se pudo notar en el fracaso de algunas de sus convocatorias como la de embanderar la ciudad desde el primer día de septiembre con el emblema cruceño. Menos gente se preocupó de hacerles caso, el tal embanderamiento fue reducido pese a convocatoria tan adelantada. Es que no por mucho embanderar se amanece más cívico.
Con gran soberbia los cívicos colocaron una gigantesca bandera cruceña en la plaza de la zona del Mechero del Plan 3000, pero sospechosamente el 24 de septiembre el mástil estaba pelado. ¿Los vecinos la retiraron? Quién sabe. Muchos ya ni respetan a la bandera cruceña que se ha vulgarizado por el abuso en su manipulación. Los cívicos fascistas la ostentan como símbolo de superioridad y opresión sobre quienes les critican, usándola profusamente para encubrir que no tienen civismo, incursionar en la política y aparentar que hay respaldo masivo de la población para sus acciones antidemocráticas. Hay algunos de la UJC que colocan la verde y blanco con la cruz potenzada y la svástica juntas. Es que la pobre bandera cruceña está tan devaluada que para variar un reguetonero, en su concierto, la manipuló sudada y junto a prendas íntimas.
Cientos de banderas que las fraternidades y la alcaldía colocaron en los postes de alumbrado público, no han sido retiradas aún, están allí, sucias, destrozadas por el viento. Algunas finalmente tiradas en la calle, tumbadas por los ventarrones de estos últimos días y los vehículos las pisan sin que nadie repare en ello. Eso sí, el tradicional desfile cívico del 24 de septiembre en la plaza de armas fue multitudinario. Muchos empresarios obligaron a sus empleados a participar bajo amenaza de hacerles descuentos. En algunos casos, a los trabajadores indecisos de asistir al desfile, los patrones les dijeron ¿o acaso sos un colla masista? Sin embargo, los medios captaron que mucha gente de clase media acomodada y muy acomodada, abandonaron la ciudad en la víspera para irse de paseo al campo, a sus haciendas, y a localidades turísticas en las provincias; para ellos el feriado fue descanso.
Así pasó septiembre, con la gente emborrachada con la Feria, sus escotes y traseros, y con los cívicos más fascistas y recalcitrantes que nunca.
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