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ASC Noticias - Reflejando la Verdad

PATRULLAJE POLICIAL MILITAR ES UN PARCHE ANTE LA DELINCUENCIA

(ASC - Noticias) 30 – Noviembre – 2009

Por Julio Figueroa

La delincuencia, que crea un ambiente social de inseguridad, pareciera haber entrado en una nueva fase, aparece desbordada; las víctimas y gran parte de la población atemorizada se suma a creer que la solución es “mano dura”, leyes más fuertes y represión policíaca, y hasta aplauden que se incorpore a los militares a la tarea de la seguridad ciudadana aunque exigen que patrullen no sólo en el centro sino también en los barrios más alejados en Santa Cruz. Como las promesas de las autoridades no bastan, para paliar la situación algunos barrios han colocado trancas en las calles de ingreso y salida para evitar que merodee gente peligrosa. De todas formas no se sabe hasta dónde llegarán las autoridades porque la época electoral permite mucha demagogia, donde unos y otros se muestran como más capaces pero luego se olvidan, asi fue antes con la respuesta de sacar militares a las calles, una medida que ya fracasó. Sin embargo, la tendencia de hacer énfasis en respuestas represivas al problema de la delincuencia indica  que se está caminando otra vez por la ruta equivocada sin tocar las raíces económicas y sociales del problema.

En Santa Cruz parece concentrarse la mayor cantidad de asaltos y con mayor violencia, haciéndose preponderante el uso de armas de fuego. De ello los medios hacen gran alarde y el efecto es una población con miedo y por ello pasible a la manipulación, cuando se atraviesa un momento electoral y abundan respuestas lanzadas por distintas organizaciones políticas para contrarrestar el crecimiento de la delincuencia. El argumento más repetido por los candidatos es que van a garantizar la seguridad ciudadana aumentando el número de policías, endureciendo las penas. Gente ligada al alcalde Percy Fernández propone impulsar el serenazgo vecinal privatizado en los barrios, tratando de pasar la factura al vecino que no es directo responsable del problema. Hace poco los cívicos hablaban de “cruceñizar” a la policía para que esté completamente al mando del Prefecto, esa idea fue secundada por el Prefecto Rubén Costas  que ahora organiza una “guardia vecinal” que es como otra policía dependiente de la Prefectura, pero a la vez critica la falta de efectividad de la institución policial y del propio gobierno, asegurando que,  debido al crecimiento del narcotráfico han aparecido bandas internacionales, todo lo que es de entera responsabilidad del gobierno central por no combatir adecuadamente el narcotráfico.

Los gobiernos de turno en el país, desde 1997, vienen elaborando planes de “seguridad ciudadana” y gastando grandes cantidades concentrándose en la represión, pero el resultado no es satisfactorio y lo que se observa es que la delincuencia va en aumento. El gobierno del MAS igual ha elaborado sus planes y creó el Viceministerio de Seguridad Ciudadana que depende del Ministerio de Gobierno, y de último momento ha instruido que militares y policías patrullen el centro de la ciudad de Santa Cruz, aunque con carácter temporal pues el decreto del gobierno dice tres meses.

Hay muchas soluciones parche, una es usar al ejército como imagen y fuerza disuasiva para calmar los ánimos de la población y de paso conseguir votos, pero la respuesta integral sigue esperándose y la gente de los barrios periféricos asegura que la delincuencia ya encontró nuevas formas para burlar el control militar y policial. En el gobierno de Banzer y Tuto la militarización ya fue un fracaso, ahora también lo será porque la delincuencia es un fenómeno económico que la fuerza militar sólo aplaca momentáneamente. El gran enemigo que genera la delincuencia es la descomposición social y el desequilibrio provocado por políticas económicas capitalistas que siguen concentrando riqueza en manos de pocos y en la mayoría la pobreza. La delincuencia es un fenómeno social que se agravó como consecuencia de las políticas neoliberales a partir de 1985 (relocalización, libre contratación, privatización) que generaron miles de desocupados sin adoptar políticas que prevengan secuelas tales como familias que abandonan a sus hijos a su suerte debido a la miseria, o el caso inverso cuando en los últimos años aumentan los casos  de padres que abandonan a sus hijos porque lograron un empleo en algún país de Europa. También los bajos salarios crónicos en nuestro país dan lugar a que el padre y la madre trabajen más de 8 horas diarias y esa es otra forma de abandono de los hijos. Hoy vivimos un momento de crecimiento de la delincuencia, que al parecer está entrando en una nueva fase, donde se vislumbran mayores niveles de organización; sus acciones contra sus victimas son más violentas; han fortalecido sus redes delincuenciales en la ciudad y actúan con mayor impunidad. Lo que está sucediendo puede tornarse algo ya incontrolable, como está sucediendo en las favelas del Brasil.

La aparición de un nuevo delincuente no es sólo responsabilidad de los círculos de personas que se dedican a delinquir, sino es todo un proceso social que da lugar a la formación del delincuente; la juventud es arrastrada a los círculos delincuenciales porque está bombardeada por mensajes televisivos provocadores al convertir en apremiantes para los jóvenes ciertas necesidades secundarias, y también los programas televisivos que cuentan historias donde los villanos aparecen como héroes  volviéndose ejemplos a seguir por la delincuencia o casos de delincuencias en otros países que son tomados como referencia. La llegada a Bolivia de capitales extranjeros que prometían creación de 500 mil empleos trajeron también nuevos modelos de comportamiento social que han modernizado a la delincuencia.        

En todo esto el estado boliviano ha demostrado su incapacidad para administrar el problema. Les tocaba resolverlo a autoridades de toda una época, desde 1997. Han habido varios diseños de planes de seguridad ciudadana pero no ha habido la capacidad, y de eso ya han pasado 12 años. Ahora de nuevo se repiten las viejas recetas, sacar a patrullar a las fuerzas armadas, aumentar el número de policías y otros. Pero alguien saca beneficio de la incapacidad de los gobiernos de turno, sectores empresariales que hacen negocios vendiendo servicio de seguridad ciudadana privado.

Esta nueva fase de la delincuencia necesita de una respuesta integral, atacar la causas del problema que en esencia son los males sociales generados por las políticas capitalistas que dan lugar a un desequilibrio en las familias, desigualdades profundas, los capitalistas acumulan riquezas y la mayoría no resuelve sus necesidades. El punto de partida puede ser que los vecinos se organicen y exijan creación de fuentes de trabajo estables con salarios acorde a las familias, con 8 horas como máximo y se tomen medidas de alerta y autodefensa colectiva frente a la amenaza delincuencial. De lo contrario la sociedad está encaminada a soportar mayores niveles de delincuencia, donde las soluciones parches, que buscan endurecer la represión, sólo hacen de la vista gorda a la solución integral, permitiendo que la delincuencia se perfeccione, se estructure y sea imparable.

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