NATURALEZA IDEOLÓGICA DEL MAS. UN DEBATE INEXCUSABLE
Crecen las dudas acerca de la esencia del "proceso de cambio" desarrollado por el MAS que ciertas izquierdas aceptan, la avalan y propagandizan sin ninguna crítica.
(ASC - Noticias) 14 - Noviembre – 09
Por Jhonny Lazo Zubieta Jhonnylazoz@Hotmail.com
Las líneas que siguen son sólo una invitación al debate ideológico ineludible que nos demanda la historia boliviana. Exigencia que no permite excusarnos bajo ningún argumento, quienes aún creemos en - eso que se volvió un cliché y que es bastardeado por muchos – “Otro Mundo es Posible”.
¿Debemos apostar acríticamente al Movimientos al Socialismo como “mal menor” y renunciar a re - construir el socialismo desde abajo y autónomo del gobierno? Es decir, una política que exprese un genuino contenido nacional y probado antiimperialista en perspectiva de la Patria Grande. ¿Debemos seguir esa conducta política argumentando que “no adherirnos al MAS es entrar al juego de la derecha fascista”?.
¿Las modificaciones a la constitución Política del Estado “PACTADA” en el Congreso no desnudaron la naturaleza política e ideológica del MAS? Dejando al descubierto la poca diferencia con los partidos tradicionales y la distancia insalvable con un programa de izquierda. No una izquierda radical – tipo trotskismo - sino una izquierda, por decir, reformista.
El Movimiento al Socialismo en cualquier de sus fracciones, si es que las tiene, no tiene divergencias ideológicas, sino sólo disputas en base al cuoteo laboral en el aparato estatal. Todas las acciones de la izquierda aliada al gobierno muestran que renunciaron a sus principios y se incrustaron ovejunamente al evismo. Siendo en algunos casos mucho más conservadores que los militantes primigenios del partido de gobierno.
Esta “izquierda” terminó siendo un instrumento político perfectamente adaptado a las exigencias del “capitalismo andino” que propone Álvaro García Linera. Pero bueno, todo esto no es ninguna novedad, la historia es rica en ejemplos de esta naturaleza. Respecto al giro político de García linera, ni siquiera hace falta recurrir a explicaciones ideológicas; creo que es suficiente una lógica psicológica básica: El comportamiento radical en la naturaleza humana de ciertos individuos es congénito; por eso, transitó del discurso radical de Q´ananchiri en “Crítica de la nación y la nación crítica” al discurso democrático del “Capitalismo Andino” sin rubor alguno. Y, junto con él todo el grupo “intelectual” de la “comuna”, a excepción de Raquel Gutiérrez Aguilar.
En este contexto no hay demasiado margen para engañarse. Sin embargo, hay quienes se esmeran en justificar su conducta, asegurando que es un imperativo para que no retorne la derecha. Este argumento, carece de fundamentos teóricos y se asemeja más a una sermón cristiano apocalíptico. “Si no apoyamos a Evo somos instrumentos de la derecha separatista” y los planes del imperio. Por tanto ¿hay que apoyar “el proceso de cambio” sumándonos al partido que no modificó en absoluto la “estructura económica”?
¿Radicalidad? No, objetividad, leamos críticamente el programa de gobierno y la Constitución pactada en el congreso, sin utilizar el marxismo como método; que es eso justamente, y no un recetario de cocina. Quizá en este aspecto - tomar el marxismo como una fórmula que nos solucionará todos nuestros problemas - radica la explicación del devenir trágico - histórico de todas las vertientes izquierdistas en nuestro país.
El contenido demagógico “Pro Burgués” del programa del MAS y las modificaciones a la NCPE son demasiado evidentes hasta para un neófito socialista. Sin embargo, es aceptado por los gurús izquierdistas sin observación alguna. De igual forma las últimas alianzas del oficialismo no tuvieron repercusión en estos grupos que se reclaman socialistas, comunistas. Es más, no sólo no cuestionan, sino justifican con argumentos absurdos.
Que el MAS será el ganador de las elecciones de diciembre, nadie lo duda. Quizá ahí radica la explicación de la adhesión acrítica de estos grupos. En este contexto interesa preguntarnos: ¿Habrá consistencia programática, sea burgués, capitalista andina, etc., en un gobierno de esta naturaleza?
Dicho de otra forma, que le espera al país con un gobierno en cuyo interior encontramos roedores de todo tipo: Quintanilla representando a George Soros; Almaraz y Orellana encarnando a la ONG CENDA, que es igual decir al trotskista argentino Pablo Regalsky, Carlos Romero a la ONG CEJIS, García Linera ideólogo del capitalismo andino y el indigenismo de Choquehuanca.
Es poco mas que imposible rastrear a quienes habitan en ese aljibe de gandules, por eso simplifiquemos el asunto y nos quedemos con lo señalado. Sumemos a esta mescolanza la adhesión reciente de los verdugos del movimiento originario y sus intelectuales, denominados “empresarios” de santa Cruz. Junto a estos, los tarijeños que a último momento se subieron al carro del vencedor dejándole en la soledad a su mentor Mario Cossio.
Dicho de una vez: ¿Podemos creer en la honestidad de esta gente que no dudó un segundo en morder la mano de quien les daba de comer? Costas en Santa Cruz y Cossio en Tarija. ¿Debemos seguir con los ojos vendados y no aceptar que el MAS, traicionó al movimiento indígena campesino que le llevó al poder?
Aquí es legítima la pregunta: ¿Cuál es la participación política del movimiento social indígena campesino boliviano? Que fue la cuna del Movimiento al Socialismo. Ninguna. Las dos demandas “pivotes” del movimiento indígena fueron anuladas. La primera Tierra Territorio, con la particular “reforma agraria” y su irretroactividad, plasmada en la NCPE. La segunda: “Participación Política” enterrada con la “Ley Transitoria Electora” del 13 de abril del 2009.
Una mirada a la historia nos permite constatar que el Movimiento al Socialismo tiene una sorprendente similitud con el Movimiento Nacionalista Revolucionario, luego del triunfo de la revolución del 52. El MNR que analiza Sergio Almaraz Paz en “Réquiem para una República”. Para quien escribe estas líneas el teórico más lúcido del periodo denominado “nacionalismo revolucionario”, no sólo por su agudo y penetrante análisis, sino por la capacidad prospectiva fue don Sergio Almaraz. La lectura de Réquiem me permite señalar la semejanza que encuentro en ambos periodos. Con 57 años que los separa.
Permítaseme aquí una breve digresión: este escenario nos remite a la experiencia de principios del 80. Al gobierno de la UDP y su triste final. En menos de dos años, sumergió a Bolivia en la peor crisis económica de su historia. Este aspecto ladinamente utilizado por la derecha, no es mi preocupación. Lo que importa de este periodo es la ambigüedad, la hipocresía y la ausencia de política y falta de consistencia ideológica de todos los sectores, clases, partidos, sindicatos que fueron parte de ese proceso.
¿Que puede repetirse en la nueva conformación política-antropológica del MAS? Es probable.
¿Qué dicen los integrantes del MAS? Mientras el gobierno va conformando alianzas, política e ideológicamente inaceptables en Santa Cruz y Tarija. La militancia masista se encuentra perdida en disputas provincianas y estériles que a nadie le interesa mostrar. Estas disputas internas por ser silencioso, casi subterráneas no son menos preocupantes para el acontecer de los siguientes años.
El Movimiento social indígena, que en el pasado ha dado suficientes muestras de combatividad, ha terminado cooptado por el evismo. Este hecho tiene la impronta de la perversidad política de Álvaro García Linera; quien, es consciente que tal situación es en extremo negativa; porque no es producto de un decreto, sino que se fue tejiendo en base al envilecimiento moral de los dirigentes; convirtiéndoles de esta forma en una suerte de pongos políticos. Situación que luego es difícil revertir. Por ello señalo que es un acto perverso.
García Linera esta repitiendo lo que hizo Víctor Paz Estenssoro en su momento y luego René Barrientos Ortuño. Esta forma clientelar de hacer política no es sólo un dato en la historia. Porque este manera obscena del ejercicio político, le permitió a René Barrientos una base social para enfrentar y masacrar al mejor sindicalismo que tuvo Bolivia. El sindicalismo minero.
Entonces, los acontecimientos no son nada esperanzadores ni dan lugar al optimismo. Por que - en verdad - hay que ser un idiota del optimismo con estas bifurcaciones políticas. Compensar nuestra pobreza moral sosteniendo que el triunfo del MAS en las elecciones de diciembre será EL TRIUNFO DEL PROCESO DE CAMBIO, es un consuelo de cretinos.
Por otra parte, es inquietante que el movimiento indígena Mojeño que dio inicio a este proceso con la Marcha por el Territorio y la Dignidad en agosto y septiembre de 1990, tenga un solo candidato en la Circunscripción Especial Indígena del Beni Pedro Nuni. ¿Qué dice CIDOB, CEJIS y CENDA? absolutamente nada.
En definitiva, los giros de la política nacional en las últimas semanas son como la “Caja de Pandora”. Sólo que esta vez no habrá un Prometeo, que robe el fuego a los dioses para proporcionárselos a los hombres. Sino habrá muchos Epimeteos y por supuesto no tendrá la “esperanza” que llevaba en su interior la caja de la mitología griega
¿Que nos queda? La disyuntiva de: 1) apostar al seguro ganador como un mal menor y renunciar a construir una alternativa independiente; y, 2) comenzar a construir el socialismo desde abajo y renunciar a una posición holgada y acrítica dentro el partido de gobierno.
Soy consciente que las condiciones son adversas: pues, no supimos aprovechar la coyuntura que dejó octubre del 2003 y los movimientos sociales obreros, campesinos e indígenas fueron seducidos por el Movimiento al Socialismo.
Sin embargo, creo que existe una “voluntad colectiva”, muy dispersa y valiosa, que cree estar sola, porque no encuentra espacios que le permita canalizar su descontento y poner nuevamente en marcha el socialismo del siglo XXI, expresado en los legados teóricos de Ernesto Guevara, Mario Roberto Santucho y Roque Dalton entre otros.
Vaya, entonces, a esos hombres y mujeres que no perdieron el derecho a soñar que “Otro Mundo es Posible”, este desafío que nos compromete la historia. Finalmente, estas líneas son, también, una autocrítica.
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