TÍPICO ESTILO FASCISTA DE LOS ACTOS CÍVICOS
La noche del referéndum revocatorio los cívicos organizaron un acto en la plaza 24 de septiembre para festejar el triunfo de Costas y a contrapelo de la creencia de que a partir de ahora todo sería distinto, dominó un espíritu belicoso con rasgos fascistas y racistas notables.
(ASC-Noticias) 16 - agosto - 2008
Tomado de URMA 54
Costas émulo de Hitler
Para festejar la “victoria” Costas apareció con simbología similar a la fascista mostrando un crucifijo que besó, ante el que se arrodilló y luego se persignó. Usó a niños, que no tienen criterio ni culpa, poniendo a dos de sus hijos a cada lado del podio, como castigados, mientras su mujer atrás alzaba la cruz.
El fundamentalismo aparece cuando religión y política se mezclan. Los nazis usaban la cruz gamada o svástica obligando al pueblo a inclinarse ante ella. Otros movimientos fascistas como el franquismo, los ustashi croatas, etc. usaron la cruz sistemáticamente e igual que los cívicos aquí, para engañar, gritaban “democracia”. En las concentraciones nazis Adolf Hitler lanzaba discursos frenéticos, mientras su rostro tornaba a congestionarse acompañado de gestos, imprecaciones de tono agrio y amenazas delirantes en un ambiente rodeado de ultras agitando banderas. A Costas sólo le faltó el uniforme.
Esos actos manipuladores del populacho, con poses ridículas, no responden al líder democrático, pausado, tranquilo, sereno, sino al autoritario, rugiente, que echa espuma por la boca clamando por sangre.
Alcalde Racista
Percy Fernández, alcalde cruceño, le puso el tono racista al acto sugiriendo que sería preferible que Santa Cruz tenga sólo caras “como las de los presentes… pero qué vamos a hacer… ya se nos entraron (la gente llegada del interior) pero vamos a enseñarles”. Esto es racismo velado que sólo reconoce al “cruceño” el derecho a decidir sobre la realidad local, que trata a otros como indeseables, que serán arrinconados y les dictarán sus órdenes, prohibiendo los aportes de otra cultura. Así se niega la combinación. Los conservadores tienen miedo al cambio, pero cambiar es la esencia de todas las cosas. Santa Cruz no puede estancarse. Los cívicos la quieren congelar en el tiempo. Ahora usan el adjetivo “masista” por no decir “colla”, término peyorativo y discriminador.
El racismo se trasladó a la política como fenómeno anacrónico que no tiene futuro, principalmente porque la gente del interior es real y comienza a organizarse para exigir sus derechos. Quienes temen a otras culturas usan el terror como respuesta. Qué hubiera sido de Inglaterra, Francia, España, EEUU y de la propia Santa Cruz sin el aporte de nuevos grupos humanos. Tarde o temprano se derrotará esta barbarie.
Para festejar la “victoria” Costas apareció con simbología similar a la fascista mostrando un crucifijo que besó, ante el que se arrodilló y luego se persignó. Usó a niños, que no tienen criterio ni culpa, poniendo a dos de sus hijos a cada lado del podio, como castigados, mientras su mujer atrás alzaba la cruz.
El fundamentalismo aparece cuando religión y política se mezclan. Los nazis usaban la cruz gamada o svástica obligando al pueblo a inclinarse ante ella. Otros movimientos fascistas como el franquismo, los ustashi croatas, etc. usaron la cruz sistemáticamente e igual que los cívicos aquí, para engañar, gritaban “democracia”. En las concentraciones nazis Adolf Hitler lanzaba discursos frenéticos, mientras su rostro tornaba a congestionarse acompañado de gestos, imprecaciones de tono agrio y amenazas delirantes en un ambiente rodeado de ultras agitando banderas. A Costas sólo le faltó el uniforme.
Esos actos manipuladores del populacho, con poses ridículas, no responden al líder democrático, pausado, tranquilo, sereno, sino al autoritario, rugiente, que echa espuma por la boca clamando por sangre.
Alcalde Racista
Percy Fernández, alcalde cruceño, le puso el tono racista al acto sugiriendo que sería preferible que Santa Cruz tenga sólo caras “como las de los presentes… pero qué vamos a hacer… ya se nos entraron (la gente llegada del interior) pero vamos a enseñarles”. Esto es racismo velado que sólo reconoce al “cruceño” el derecho a decidir sobre la realidad local, que trata a otros como indeseables, que serán arrinconados y les dictarán sus órdenes, prohibiendo los aportes de otra cultura. Así se niega la combinación. Los conservadores tienen miedo al cambio, pero cambiar es la esencia de todas las cosas. Santa Cruz no puede estancarse. Los cívicos la quieren congelar en el tiempo. Ahora usan el adjetivo “masista” por no decir “colla”, término peyorativo y discriminador.
El racismo se trasladó a la política como fenómeno anacrónico que no tiene futuro, principalmente porque la gente del interior es real y comienza a organizarse para exigir sus derechos. Quienes temen a otras culturas usan el terror como respuesta. Qué hubiera sido de Inglaterra, Francia, España, EEUU y de la propia Santa Cruz sin el aporte de nuevos grupos humanos. Tarde o temprano se derrotará esta barbarie.
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