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ASC Noticias - Reflejando la Verdad

CHICHI PEREZ, MATÓN CON BENDICIÓN CÍVICO-AUTONOMISTA

* Su estrella parece comenzar a apagarse y otros hacen cola para sustituirlo y se recomiendan ante los jerarcas de la "institucionalidad cívica" cruceña.

* Chichi Pérez, forjó la famosa "barra brava orientista" que acabó como nido de delincuentes, pero él no es el único responsable sino la corrupta institucionalidad cruceña cuya mala influencia llega hasta el deporte.

* Las causas de este grave problema se mantienen borrosas y pocos se atreven a señalarlas pues puede costarles caro.

* "Mientras que Evo no imponga la dictadura y  acabe con la democracia, yo puedo hacer lo  que me dé la gana y decir lo que me dé la gana", dijo Chichi Pérez en entrevista en el sensacionalista programa "Que no me pierda", Red Uno-Santa Cruz.

(ASC-Noticias) 10-Febrero-08

Por Marcelino Villarreal                 ascnoticias@yahoo.es

El día lunes 21 de enero de 2008, apenas iniciado el año, se produjo una balacera a las puertas del estadio "Ramón Tahuichi Aguilera", en donde estaba por jugarse el clásico Oriente - Blooming por la Copa Aerosur. Dos personas resultaron heridas de bala y otra fue apuñalada, en una disputa violenta y confusa donde se sindica como responsable de los disparos al jefe de la barra brava del club Oriente Petrolero, conocido como Ángel "chichi" Pérez, individuo de mala fama.

La gota que rebalsó el vaso

Todo comenzó cuando Aerosur, empresa de aviación comercial que organiza y auspicia este campeonato de fogueo entre clubes profesionales del país, entregó, con el visto bueno de la dirigencia de Oriente y Blooming, 300 entradas para que se repartan gratis a cada una de las barras.

Chichi Pérez, "presidente" de la barra de Oriente llamada La Pesada Verde, dispuso unilateralmente vender una parte de las entradas que recibió, tal como siempre hace. Apartó otra cantidad sólo para los grupos internos de la barra que le apoyan y otra parte para sus "matones" que son sus guardaespaldas. Esta decisión dictatorial y prepotente de Ángel Pérez, a quien se lo ha visto en las asambleas de la Cruceñidad gritando "¡Evo Dictador!", despertó la molestia de un subgrupo de la barra orientista llamado Radial 13. El líder de esta fracción decidió reclamar a Pérez por no entregar entradas a su gente.

Según la versión de "chichi", los de Radial 13 estaban armados con palos, pistolas, cuchillos y petardos, y habrían comenzado la balacera cuando fueron a reclamarle por las entradas. Por su parte, éstos afirman que sólo discutieron verbalmente, que Pérez se alteró y por eso, junto a otros sujetos, desenfundaron sus armas y abrieron fuego, hiriendo al líder de Radial 13 y a otro miembro del mismo grupo. Este testimonio ha sido corroborado con el de diversos testigos. En medio de la trifulca, el cuñado de Pérez fue herido con un cuchillo de cocina y éste lo auxilió trasladándolo a una clínica donde lo dejó para luego desaparecer.

No se supo nada de él hasta un día después cuando vía teléfono se contactó con un programa de Unitel que le dio espacio para que se defienda "al vivo". De esa entrevista salió mal parado sin poder refutar las acusaciones en su contra lanzando declaraciones de carácter patético, amenazante y verbalmente agresivas. Sin empacho confesó que él no necesita andar armado y que tiene matones que lo defienden; así también admitió que él negocia con las entradas gratuitas. Terminó frustrado y furioso con la gente de Unitel, porque esperaba aplausos y los benévolos comentarios que antes le brindaban. El periodista Gary Añez, invitado en ese programa como panelista, también fue blanco de su agresividad verbal. Añez denunció que recibió un mensaje anónimo que decía "la próxima bala es para vos" y advirtió que si no se sienta precedente con este sujeto "en su esquema mental, él va a pensar que la ciudad le tiene miedo y entonces va ser peor que antes".

Unos días después, en el partido por la revancha entre Oriente y Blooming, del 24 de enero, un grupo de la barra encabezado por uno de los hermanos de Pérez gritaba "¡ole...ole...ole... chichi... chichi!" y desplegaron un pasacalle que decía "¡Aguante chichi!" ("aguante" es un modismo argentino que significa apoyo para algo o alguien, no es propio del habla coloquial cruceña). Este fue un intento por limpiarle la imagen con una supuesta expresión de apoyo popular. Su hermano asegura que con Pérez se está haciendo una injusticia porque es un gran luchador "autonomista". Sin embargo, agregó que no tiene miedo de ir a la cárcel "porque ahí tiene muchos amigos" (sic). Al decir esto se dio cuenta que estaba confesando las relaciones delictivas de su hermano y se corrigió diciendo "bueno... ¿quién no tiene amigos en la cárcel?, sobre todo en esta época en la cual sólo los pobres somos enviados a la cárcel... y nosotros ¡somos pobres!".

Por esos días, representantes del Club albiverde reconocieron que chichi es socio recién inscrito del club, condición que adquirió a finales de 2007, luego de ser dirigente de la barra por algo más de catorce años. Anunciaron entonces, que dadas las circunstancias, iban a aplicar lo que dice el reglamento sobre el mal comportamiento de los socios. Cuando se les preguntó si se mantendrían las entradas gratis para la barra, dijeron que eso todavía no se lo había discutido. En ningún momento anunciaron una acción drástica de hecho contra este individuo y todo lo dejaron en veremos.

Tomando en cuenta la magnitud de lo que pudo haber provocado esa balacera en el Tahuichi, la nueva dirigencia de Oriente se mostró o muy temerosa... o muy benevolente con quién fuera el matón de confianza de Carlos Chávez a quien tanta veces se opusieron y acusaron de corrupción, sobretodo en los días previos a las elecciones internas en Oriente, realizadas en diciembre del año pasado. La pregunta es ¿tendrá algo que ver con esta sospechosa benevolencia con chichi, ese "pacto de silencio" y de "borrón y cuenta nueva" que acordaron Carlos Chávez y el nuevo presidente de Oriente, "choco" Antelo; pacto sellado con un apretón de mano público y un cordial abrazo de felicitaciones entre ambos el día de la posesión de la nueva directiva albiverde?

Una semana después, el día jueves 30, apareció en una entrevista que le hizo la Red Uno, en el lugar secreto dónde se esconde. Desde la "clandestinidad", como si fuese un líder sindical, declaró haber actuado en defensa propia y volvió a afirmar que los de Radial 13 dirigidos por "El Moño", estaban armados, que querían agredirlo, que él sólo se defendió pero que no disparó. Luego acusó a la Fiscalía de querer usarlo como escalera y agregó, "yo no quiero pensar que el Ministerio Público sea masista y que me está persiguiendo por cantar ´Evo, Evo cabrón...´", también convocó a la solidaridad entre los "cambas". Quiso hacer recuerdo que él es un nacido en esta tierra y merece trato especial, una justicia diferente, que él es un luchador autonomista, un defensor de Santa Cruz, que está siendo perseguido por oponerse al gobierno, como otros autonomistas, y que lo del tiroteo es un pretexto para meterlo a la cárcel. No dijo tener el visto bueno del Comité Cívico aunque así es.

Exigió que la policía y el fiscal a cargo investiguen a los de Radial 13. "Ellos son los drogadictos, ello son los delincuentes, yo soy inocente, yo no dispare, yo no he matado a nadie, yo soy valiente, estoy dando la cara", dijo desde su escondite. Con respecto a la denuncia de una ciudadana que lo acusa de haber matado a su hermano, dijo que ese muchacho está vivo y que está escondido en su casa. "Lo que quieren es perjudicarme para sacarme de la barra de Oriente pero a mi, ningún cunumi (gente de clase inferior, pobre, sinónimo del peyorativo "camba") va a moverme el piso", amenazó. Afirmó que tras de todo esto hay gente de Carlos Chávez, ex presidente de Oriente, "que como no apoyaron a choco Antelo para la presidencia, en las últimas elecciones perdieron, quedaron fuera y no tienen acceso a las entradas gratuitas". Dijo ser un buen cristiano, un hombre de familia y formador de líderes juveniles dentro de la barra brava a los cuales convocó a mantenerse firmes pero sin buscar venganza. Se mostró como todo un soldado de Cristo, un tipo devoto, todo un héroe mítico, rodeado de gente que lo ama.

Finalmente, chichi, llenó de zalamerías a la Red Uno porque a diferencia de Unitel, le facilitó las cosas, el reportero no le hizo preguntas difíciles. Dijo que este es el medio más confiable y veraz (?) a diferencia de Unitel que pagó a un tipo (Gary Añez) para que hable mal de su persona. Él sabe que la zalamería funciona, en especial con medios amarillistas como la Red Uno, que de manera irresponsable buscan la primicia exclusiva y el rating, dando lugar a que sospechosos de toda laya se defiendan mediáticamente. Al periodista de ese canal, le dijo "vos sos un periodista serio, por eso te respeto, no sos como otros". Culpó al periódico El Deber, por mellar su dignidad con mentiras que han dañado a sus hijas y a su familia, a las que ahora usa como escudo para defenderse. La forma que habló fue patética pero muy bien estudiada, alguien ya lo asesora. Lo preocupante es que se le dé palestra a alguien que si sigue impune puede continuar escalando en la llamada institucionalidad cruceña. No es chiste, es una posibilidad seria pues cuenta con la escuela de demagogia, zalamería, prebendalismo y matonaje que aprendió de la UCS y que ve en los cívicos, sus actuales jefes, varios de los cuales sacan cínicamente la cara por él.

Si bien este nuevo escándalo viene a coronar la serie de malos antecedentes del violento chichi Pérez, no es seguro que se pueda poner fin a sus malandanzas porque es un sujeto con padrinos que lo protegen y no le abandonan, además conoce mucho de ellos como para que puedan librarse de él fácilmente. Hay cívicos, viejas figuras de la politiquería cruceña, mafias locales y del deporte, que siempre han acudido a él para que realice el trabajo sucio. Lo que sabe es comprometedor.

Es casi seguro que en estos momentos esté bien protegido, exigiendo a sus protectores que usen sus influencias en el Poder Judicial cruceño para librarlo, en otras palabras está haciendo "lobby". Su declaración a la Red Uno indica que su plan es evadir a la justicia y no presentarse ante las autoridades hasta que alguno de sus padrinos le garantice que no irá a la cárcel ni un sólo día, que va a salir bien librado y encima como victima y héroe. Al mismo tiempo usa los medios para decir que es inocente y que sus problemas con la justicia se deben a una conspiración del gobierno "que quiere someter al pueblo cruceño encarcelando a sus líderes que exigen autonomía". Pide un trato especial de parte de la justicia por su condición sui generis de "cruceño". Es la misma táctica que en su momento usaron, gente como chiqui Martínez, diversos dirigentes de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) y recientemente el líder de la Falange Socialista Boliviana (FSB) y cívico ultra, el empresario maderero Fernando Roda, cuando fueron requeridos ante la justicia por violar la ley pero que no pisaron un solo día la cárcel.

Ahora se sabe que la barra brava orientista tiene fuertes pugnas internas que amenazan con hacerse más violentas, el mismo Pérez lo afirma como si se tratase de un grupo de niños jugando a los vaqueros. El motivo principal es el control absoluto sobre las entradas gratuitas, la ganancia por extorsionar jugadores y las prebendas que reciben de parte de los dirigentes por alentar al club albiverde; como se ve no son tan "orientistas de corazón". Esta pugna también es por el control del dinero, los favores y el poder que reciben de parte de grupos de poder, como los cívicos violentos dueños del Comité pro Santa Cruz, que los contratan para hacer matonaje privado o servir de cuerpo de choque para inflar marchas y protestas por autonomía o cualquier cosa. Los barras bravas orientistas, junto a los de Blooming, recibieron dinero y poder cuando los contrataron para imponer los paros cívicos donde se vio, más de una vez, a chichi Pérez y sus "matones" con las camisetas de la Unión Juvenil Cruceñista, tomando el control de la ciudad, saqueando locales, asaltando a ciudadanos sorprendidos y golpeando "collas" sin compasión. Esto desde la época en que Germán Antelo llegó a presidente del Comité Cívico.

Se afirma que la balacera en el Tahuichi no fue la primera entre grupos de la barra brava albiverde, hubo otra en abril del 2007, en el mercado La Ramada, cerca del Estadio. A pesar de la gravedad del hecho los medios no informaron nada o no se dieron por enterados, pero curiosamente la fecha de ese pelea con tiros de por medio, coincide con la época en que comenzó a ser normal ver a chichi Pérez en las oficinas del Comité Cívico, de guardaespaldas de Germán Antelo, o en los medios, presentado como analista deportivo y político, como luchador ejemplar por las autonomías departamentales, como defensor de Santa Cruz, entrevistado por Enrique Salazar del programa "Que no me pierda", Fermín Zabala (quien lo llama "mi amigo chichi") y por Pedro "tinelli" García de "El Mañanero".

El historial de violencia de este sujeto al servicio de los poderosos o por cuenta propia es largo, siempre fue denunciado, filmado y visto agrediendo a gente humilde y débil, a mujeres, a menores, a universitarios, sobre todo a "collas" o a quienes hayan tenido la apariencia de serlo ante sus ojos. Tiene ocho demandas en la FELCC que no prosperan, fue pillado en más de una ocasión con un revólver en la cancha y también en la calle en ocasión de un paro cívico, sin que por ello sufra las consecuencias. A todo eso se suma la denuncia de una señora que acaba de llegar de Suecia asegurando que este sujeto mató a su hermano a balazos, delante de dos testigos en la calle Charagua, todo porque le debía cien dólares y pese a ser también su guardaespaldas. La fiscalía ha ordenado que se investigue el caso y que se exhume los restos de la victima para una autopsia, pero Pérez se defiende diciendo que ese muchacho está vivo y que lo tienen escondido en su casa.

Siempre amenazó directa y personalmente a periodistas deportivos si estos hablaban contra él o contra las acciones de los dirigentes de Oriente que alquilaban sus servicios, particularmente Carlos Chávez, ahora presidente de la Federación Boliviana de Fútbol. Les mandaba mensajes diciéndoles "cuidate... cuidao con tus parientes... con tu familia... con tus propiedades... no hablej".

Pero ahora hay una rara indignación mediática contra Pérez que jamás se vio en el pasado, pero incluso en ello un tanto sesgada. Parece que nada de lo que hizo antes de la balacera en el clásico importa para los analistas y los medios. Es como si para ellos sólo valiera el hecho de que chichi Pérez hirió a bala a dos hinchas de Oriente, es decir que haya puesto en peligro a "cruceños inocentes que asistían al estadio a apoyar a sus equipos del alma", que haya empañado el "clásico cruceño" al que falta poco para que, patéticamente, lo nombren "patrimonio cultural e intangible".

Ayer nomás, como dice la canción, los medios aplaudían a los barras bravas, y en especial al líder de la Pesada Verde, por hacer que en cada encuentro entre Oriente y Blooming, el público, manipulado como oveja, entone el himno cruceño, cante el "Viva Santa Cruz" y grite "Evo Evo cabrón...". Ayer nomás, los medios se callaron cuando Pérez y otros barras bravas, junto a chiqui Martínez, Franklin Martínez y los de la FUL encabezaban las marchas de la universidad pública apoyando las autonomías, al Comité Cívico, gritando "¡Presupuesto para la U!" e intimidando a golpes a los estudiantes que se expresaron contra tanto servilismo a los poderosos.

                                                      

Cuando Pérez, frente a las cámaras, le partió la cara de un puñete a un hincha por el simple pecado de llevar una chompa parecida a la que usa Evo Morales, no gritaron nada, los medios ni se mosquearon; excepto Fermín Zabala que dijo "qué pena que mi amigo chichi sea tan calentón".

Pero hoy, esos mismos medios se rasgan compungidos sus sotanas y gritan "¡Barras bravas, su violencia es maldita!". ¡Cómo cambia la gente! Sobre todo los hipócritas ante la gota que colmó el vaso.

Su ascenso con ayuda de los dirigentes de Oriente, los politiqueros y los cívicos

Ángel Pérez, nacido hace treinta y ocho años, proviene de una familia humilde y de escasos recursos. Dicen que su madre vende pollos en La Ramada y que él no logró obtener siquiera el bachillerato. Hay versiones que dicen que uno de sus hermanos estuvo vinculado al narcotráfico y que gracias a eso, conoció ciertos lujos y derrochó dinero de joven. Este acceso a la plata fácil en una época temprana de su juventud, una escasa educación, la ausencia de una autoridad en el hogar que le haya obligado a socializarse, pocas oportunidades de realización personal positiva, consumo de alcohol y drogas y otras circunstancias; han marcado, indudablemente, su personalidad.

Un historial personal como este suele dar como resultado un adulto violento, de bajo autoconcepto, con un marcado desprecio por la intelectualidad, por la vida propia y la de otros, con un razonamiento patológicamente distorsionado que tiende a justificar la violación de las normas, de temperamento bipolar y con un apego al desarrollo de la fuerza bruta y la violencia física como medio de compensación.

Pérez afirma que a sus veintitrés años, en 1993, los dirigentes del club albiverde lo enviaron a la Argentina (posiblemente junto a su hermano) a aprender de las barras bravas de ese país, que son temidas por practicar la extorsión, ser grupo de choques al servicio de fuerzas políticas y mafias, por estar involucrados en el negociado de las entradas gratuitas que les dan los dirigentes, en el narcotráfico, asesinatos a sueldo y más.

Con mucho orgullo afirma que aprendió directamente de "el abuelo", el ex líder psicópata de la barra brava de Boca Juniors, autor intelectual y material del asesinato a balazos de varios hinchas de River, a los cuales él y otros emboscaron a la salida de un "clásico" donde Boca perdió el partido.

Con la barra de Boca aprendió cómo funcionan las barras bravas, cómo se dividen en subgrupos, cómo esquivan a la policía, a escapar, etc. Hay quienes creen que su versión puede ser falsa, que jamás estuvo en la barra de Boca y que él ha creado un mito personal con el cual intimida de entrada a sus adversarios. Pero un emigrante boliviano que perteneció a la dirigencia de "La 12" y que está preso, afirmó una vez que sí lo conoció participando y aprendiendo en la barra brava xeneize.

Pérez volvió a Santa Cruz entre 1994 y 1995 y se encargó de la barra de Oriente, como Vicepresidente. Al poco tiempo alcanzó la dirigencia absoluta. Esto coincide con la notable acentuación del carácter delincuencial de la barra orientista, que desde 1993 ya era conocida por hacer desmanes en medio de los partidos, invadiendo en varias ocasiones al campo de juego e interrumpiendo partidos para agredir al árbitro o a los equipos contrarios, sobre todo a los que venían del interior. En alguna de esas participó chichi. También era común ver a cientos de sus miembros, luego de cada juego, saqueando negocios circundantes al estadio y atentando contra la propiedad pública. Asaltaban, robaban y ultrajaban a parejas de enamorados que hallaban en su camino, donde las mujeres se llevaban la peor parte, más aún si eran encontradas solas. Estas prácticas continúan hasta hoy y sus prendas preferidas para robar son los celulares.

Los autores de estos hechos eran en su mayoría menores de edad, provenientes de familias de escasos recursos. Varias veces se denunció que en la barra les repartían clefa y otras drogas, pero las autoridades nunca tomaron medidas al respecto. Con chichi Pérez como "presidente" de la barra desde 1996, esta situación continuó y empeoró, la barra adquirió un aire más "argentinizado" hasta en sus cánticos, creció numéricamente y se hizo más temible. En esa época se la consideraba una barra formada por adolescentes y muchachitos. Los mayores, como Pérez, eran contados; tal vez por eso a Pérez le fue fácil hacerse del liderazgo.

Chichi le imprimió a la barra brava de Oriente un marcado sentimiento anticolla, aunque muchos de sus integrantes eran adolescentes y jóvenes hijos de collas pobres, de emigrantes marginados y despreciados por su origen. Es lo que ahora se conoce como los camba-collas que son más anticollas que nadie, presionados por el racismo imperante a renegar de su origen, desesperados por ser aceptados fácilmente. En esa época casi nadie reparó en este detalle que iba a garantizar el futuro de chichi y de la barra como instrumentos del movimiento cívico autonomista anti-colla y sobre todo anti-indio. El insulto preferido de la Pesada Verde para los equipos del interior es gritarles "¡raza maldita! ¡raza maldita!". Los saqueos que realizaban al mercado La Ramada, de comerciantes collas, siempre tuvieron una subterránea motivación racista.

En varias ocasiones, el líder de La Pesada practicó purgas contra aquellos que querían organizarse al margen de él en las mismas graderías del sector de la curva poniente, donde se asienta dicha barra. A un grupo lo expulsó violentamente, prácticamente les prohibió el ingreso a la curva. Estos se asentaron en el sector de Preferencia, eran pocos, entusiastas y no violentos pero desaparecieron porque a diferencia de La Pesada, no contaban con "apoyos" y financiamientos para mantenerse, y no tenían peso determinante como para ser usados por los dirigentes en sus pugnas internas. Desde hace catorce años, decir chichi Pérez es decir "barra de Oriente" y para mucha gente no hay otra barra que la comandada por él.

Entre 1996 y 1997 sus influencias crecieron cuando empezó a trabajar para la expresión más acabada de politiquería, la Unión Cívica Solidaridad (UCS), en la época de los hijos del desaparecido Max Fernández. Específicamente sirvió al ex alcalde Johnny Fernández, del cual el abogado Adhemar Suárez Salas, Presidente de Oriente, era su asesor legal. Así se estableció la conexión entre Fernández, la dirigencia del club albiverde y "chichi" Pérez, quien de esta forma tuvo  acceso al poder municipal, a más dinero y a más padrinos. Su influencia y su liderazgo en la barra se consolidaron. Al ser mediador entre los poderosos y el lumpen, atrajo a más delincuentes a la barra que se aglutinaron lealmente en torno a su figura, fenómeno común en una sociedad como la cruceña. Los sectores miserables y desclasados suelen apegarse a quien ostenta dinero, poder e influencias pensando que podrán obtener algo. Es la cultura de la prebenda que hay a nivel nacional y en Santa Cruz adquiere nuevos giros.

Jhonny alcalde manifestó que uno de sus grandes sueños era ser presidente de Oriente, por eso les regaló una bandera verde blanco y verde que fue reconocida como la más grande del país pues al desplegarse cubría casi toda la curva poniente. Esa fue una prebenda a cambio del apoyo de la hinchada a su gestión municipal tan criticada.

Sin embargo, el "gran sueño" de Jhonny nunca se concretó por una serie de circunstancias como ser la situación que vivía el municipio, fruto de sus malos manejos. Fernández estuvo interesado en ser presidente de Oriente en una época en que varios politiqueros vieron que ligarse al deporte podía serles beneficioso, él calculaba que así obtendría la popularidad necesaria para perpetuarse en el poder municipal. En las últimas elecciones del directorio de Oriente Petrolero, en el 2007, un grupo de socios dijo que Pérez estaba trabajando para que Carlos Chávez sea sustituido por Jhonny, en una especie de alianza para agarrarse de la dirigencia albiverde. Esto no se pudo comprobar pero todos saben que ahora mismo Fernández hace campaña para volver a ser alcalde.

En la época de Jhonny alcalde, Pérez llevaba gente a los actos públicos de aquel, para que le hagan barra. También era su guardaespaldas y sabía de sus fiestas privadas en las que pululaban damas de compañía de muy corta edad. De esta manera tuvo acceso a la intimidad de su jefe que terminó atado y comprometido con el empleado por todo lo que éste sabía de aquel. Su lealtad fue pagada cuando el año 2000 le dio un cargo como funcionario municipal. Hasta la actual gestión de Percy Fernández, chichi se desempeñaba como Fiscal de Obras, sin tener ningún titulo académico que lo avale. Luego fue reubicado en instalaciones del Concejo Municipal por las críticas que despertaba su presencia en el otro puesto tan delicado. Pérez sobrevivió en la alcaldía porque, como gato panza arriba, se volcó a apoyar a Roberto Fernández, hermano de Jhonny, que aún mantenía las influencias de la difunta UCS en el municipio.

Paradójicamente su relación con el mundo del hampa lo llevó a tener relaciones estrechas con las capas corruptas de la policía. Esas influencias, le dieron valor para desafiar varias veces la decisión de los fiscales que le prohibían el ingreso a los estadios; pero en Santa Cruz nadie logró ponerle freno y el mismo retó a que alguien lo haga. "¡A ver... que alguien se atreva a impedirme ingresar al estadio!.. ¡nadie puede prohibírmelo!", dijo una vez. Solamente en La Paz, hace más o menos un año atrás, no le dejaron entrar al estadio de Miraflores, cuando se disputó un partido entre Oriente y Bolívar. Eso le produjo a Pérez un serio disgusto. Situaciones como esa, que le recuerdan las limitaciones de su poder fuera de Santa Cruz, alimentan su sentimiento anticolla y su concepción de que Santa Cruz es la única sociedad ideal pues en ella puede hacer lo que le dé la gana.

Este tipo de elemento se convirtió en figura del movimiento cívico, encargado de hacer cumplir sus paros y grita ¡Autonomía! porque le pagan. Es probable que ni entienda la magnitud de esa demanda, para él las autonomías son útiles como un manto para sus malandanzas e impunidad irrestricta. No por nada, fue visto como guardaespaldas, encabezando los violentos cuerpos de seguridad que resguardaban los piquetes de huelga que los cívicos instalaron el 2006 en defensa de los 2/3. Antes de eso, autoridades de la Universidad "Gabriel René Moreno" no le dijeron nada cuando se sumó a las marchas de la universidad pública, usando las demandas universitarias para que deriven en un apoyo al Comité Cívico.

Él es autor de varios graffitis grotescos que se ven en las paredes del centro de la ciudad, donde se insulta de manera crasa a funcionarios del gobierno y a gente opuesta a los métodos de los cívicos más ultras. Una vez fue sorprendido por guardias municipales haciendo esta labor a tempranas horas de una madrugada. Los guardias trataron de impedir que siga con su pintarrajeo de las paredes pero no pudieron porque se puso agresivo. Luego les ofreció dinero para que ellos terminen el trabajo. Este incidente fue informado a las autoridades respectivas de la Alcaldía pero no hicieron nada a pesar de que Pérez es funcionario de esta institución y además miembro del sindicato municipal. Es evidente que al ser contratado por los cívicos para realizar los trabajos sucios estos tienen que haberle garantizado la impunidad, aparte de una buena paga.

A principios de 2007, chichi Pérez mostró que manda no sólo en la barra brava sino también en el equipo. Con una docena de sus "matones", todos ellos practicantes de alzamiento de pesas, tomaron las oficinas del club pateando las puertas e interrumpieron el entrenamiento del equipo que venia sufriendo una mala racha en el campeonato. Sin ser siquiera socios de Oriente pidieron la expulsión inmediata del argentino Néstor Clausen, director técnico del equipo. Si bien afirmaron que el único motivo que tenían para este pedido, era la supuesta incapacidad de Clausen, Pérez y sus barras bravas portaban carteles que decían "Clausen Corrujto" (sic), y que escribieron con jeringas rellenas de sangre extraída de sus brazos. Los atrevidos estuvieron a punto de golpear al argentino que no se dejó intimidar a pesar de que ninguno de los jugadores lo defendió. Éstos, con la cola entre las piernas, siendo numéricamente superiores a los invasores, se hicieron a un lado y miraron de palco sin decir nada.

Pérez estaba molesto porque Clausen afirmó que él intentó extorsionarlo, ofreciéndole apoyo de la barra a cambio de plata para hacer una parrillada. Clausen se negó y lo denunció ante la directiva que, como siempre, no hizo nada al respecto. Era pues la época de Carlos Chávez y su hermano Mario Chávez como dirigentes de Oriente. Clausen llegó a denunciar el hecho ante una cadena de televisión internacional. Para "chichi" esto fue el colmo y decidió defender su "dignidad" pero las cosas se le fueron de las manos porque su encontrón con el argentino trascendió a los medios locales y fue un escándalo más que empañó la nefasta gestión de los Chávez, que para esos días se aferraban a la dirigencia a toda costa.

Este hecho sacó a la luz la extorsión que Pérez hace también sobre los jugadores del equipo, lo cual explica que éstos sean unos mansitos con él y que le dediquen sus goles a la barra brava más que al público en general. Pérez les pide dinero a cambio de que la barra coree sus nombres en los partidos. Los que se niegan son abucheados. Pérez tiene este poder gracias a varias cosas. Una es obviamente el control de la barra que quiérase o no, influye en el público que va al estadio. Más de una vez se ha visto que si la barra aplaude o abuchea a un jugador, algunos periodistas dicen "lo están abucheando" o "lo están aplaudiendo" y el público hace lo mismo, los que no van al estadio pero están escuchando o viendo el partido también son influidos. Si esto sucede seguido es obvio que se predispone a los dirigentes a deshacerse del jugador o a mantenerlo. Encima, están los medios que hicieron de Pérez una supuesta autoridad moral de la hinchada orientista, como cuando un lambiscón presentador de noticias le dijo, "usted es la expresión de la hinchada". En Oriente el que quiera jugar debe tener la bendición de chichi y entregar dinero y dignidad.

En aquella ocasión Enrique Salazar de "Que no me pierda", programa de la Red Uno que alienta la confrontación cambas-collas, le dio palestra para que dé su versión de la pelea con Clausen ¡A él, que fue el agresor y no al agredido! ¡Qué influencias esas! Allí Pérez mostró que tiene un razonamiento muy bizarro y confuso, comenzó hablando de fútbol, justificó su agresión a Clausen, después lanzó acusaciones de "dictadura" y "totalitarismo" contra el gobierno y concluyó con una perorata acerca de la defensa de Santa Cruz y su supuesta condición de "tierra sin dueño". Con esto último, Enrique Salazar, quedó extasiado, le agradeció su presencia y manifestó su deseo de volverlo a invitar.

Después de este incidente, parece que Pérez se dio cuenta de que era hora de escalar más porque nadie le paró el carro. En agosto del 2007 tomó violentamente las oficinas de la Unión Juvenil Cruceñista, acompañado de matones y mozalbetes de la FSB. De esa manera dejó de ser empleado y matón a sueldo de los unionistas y se convirtió en parte de una directiva unionista ad-hoc que dio clara señas de que pensaba perpetuarse. Este nuevo cargo fue el pago que los falangistas le dieron por su apoyo. Estos creyeron que lo usaron pero en realidad Pérez los usó como usó a los de la UCS y como usa a los cívicos para escalar en la institucionalidad cruceña.

Los falangistas justificaron su violenta toma, denunciando a Gabriel Hollweg (otro violento que hasta ese momento presidía la UJC) como un infiltrado del MAS, un vendido al gobierno porque permitió que se realice la parada indígena-militar del 7 de agosto en el aeropuerto de El Trompillo. Por su parte chichi dejó claro su parecer en sentido de que el único pecado de Hollweg fue no haber reconocido su esfuerzo y su lucha por "Santa Cruz"; o sea quiso decir que no le pagaba bien.

Los medios no cuestionaron nada de lo sucedido, hicieron borrón y cuenta nueva, y les dieron los micrófonos para que convoquen a luchar por "Santa Cruz" y para que se justifiquen cada vez que apaleaban a alguien. Como resultado de esto se vio a una Unión Juvenil más violenta, racista y delincuencial. Los falangistas, que son políticamente violentos, con su convocatoria a la lucha armada contra el gobierno, y los barras bravas orientistas; hicieron de los paros cívicos un cóctel explosivo de violencia desenfrenada contra cualquiera. Ni los periodistas se salvaron, aunque los medios dijeron que sólo se trataba de la "inevitable cara fea de los paros". No gritaron "¡Fue chichi Pérez!" cuando una vez le bajó la cámara a un reportero y lo sacó a empujones porque los filmó saqueando en La Ramada, con banderas cruceñas en mano, en pleno paro cívico.

La brutalidad de los nuevos unionistas, terminó por embromar el pastel de los cívicos que hacen grandes esfuerzos para ocultar su cara fascista y violenta. Estos decidieron forzar las elecciones en la UJC para sacar a los falangistas y a los barras bravas que se pasaron de brutos; los reemplazaron por gente afín a Desiree Bravo, la concejala emenerrista leal a Goni. Esta nueva UJC, sin chichi Pérez en la directiva, busca "limpiar" su imagen y en el último paro cívico del 2007 buscaron mostraron menos violentos y evitar enfrentamientos innecesarios con grupos de ciudadanos que se oponían al paro.

Este fue el primer revés sufrido por Pérez en su carrera por mejores puestos de poder en la institucionalidad cruceña. No se sabe hasta ahora cuánto pudo haber afectado esto a su liderazgo en la barra pero parece que la balacera en el Estadio ha colmado la paciencia de un sector de la barra que busca deshacerse de él. "Si vuelve y la barra toma venganza, nosotros levantamos las manos porque la gente ya está cansada de él" dijo uno de los cabecillas de Radial 13 al cual "chichi" acusa de intentarlo matar.

Otros barras bravas prometen que una vez que Pérez quede fuera, ellos garantizan que la violencia se acabará, que las parejas de enamorados ya no serán atacadas ni dentro ni fuera del Estadio, que las mujeres ya no serán manoseadas por muchachitos que hacen todo lo que chichi les dice y que ya no habrá más alcohol y drogas. Es difícil creerles pues en su mayoría son gente desclasada, llena de necesidades y miseria, son el lumpen que no les mueve ninguna idea y están acostumbrados a recibir algo a cambio. Son delincuentes comunes. Por eso protestaron inmediatamente cuando la directiva de Oriente anunció la posibilidad de no entregarles más entradas gratis. Se tranquilizaron cuando nada de esto se concretó. Es casi seguro que seguirán sirviendo como instrumento de choque de los cívicos ultras y será cuestión de tiempo para que surja un nuevo chichi o algo peor. Como se ve, discutir si chichi cae o no cae es una distracción porque no es cuestión de un individuo. Es cuestión, entre otras cosas, de que se acabe con esa práctica prebendal y corruptora de pagar o beneficiar con algo a quienes apoyen al equipo.

¿Se apaga su estrella?

Se rumorea que "choco" Antelo, el nuevo Presidente de Oriente, quiere desplazarlo y por eso ha repartido las entradas entre los jefes de los grupos que han desconocido a "chichi", que ahora, sin entradas no tiene poder y se esconde.

A Chichi Pérez intentan destituirlo de su cargo en la alcaldía donde gana 10.000 mil Bs. y tramitan su desafuero de dirigente porque es del sindicato. Los que lo encumbraron quieren deshacerse de él.

Pérez sabe que ha pasado un límite al agarrar a tiros a su propia gente para controlar un motín por el manejo de las entradas. Buscará volver a tomar el control de la barra, pues dentro de ella todavía tiene influencias, pero será difícil pues siempre tendrá que mirar quién está a sus espaldas. Al mismo tiempo busca mirar más alto. La barra puede ser un gran sustento social y no sería raro que piense en postularse para algún cargo logrando votos a palo. No seria raro, más aún teniendo enfrente a una sociedad sin fuerte cohesión social y asustadiza.

La barra se ha dividido y han aparecido quienes se ofrecen de sustitutos de chichi y prometen una barra pacifica alejada de la violencia y las prácticas delincuenciales, otra cosa difícil pues la pugna interna está a flor de piel. Además Pérez es el pico del embudo por donde chorrea la influencia cívica. Él manejó la barra totalitariamente repartiendo las entradas, las prebendas, el poder.

La estrella de Pérez parece apagarse y otros se preparan a reemplazarlo, barras bravas que vienen del bajo mundo de la sociedad cruceña y están dispuestos a ser alimentados por quien les dé las mejores prebendas no sólo en el ámbito del futbol, también en otros. La pobreza profunda, la barbarie y la incultura los escupe a la superficie con toda su peligrosidad. Chichi tendrá que enfrentarlos si quiere sobrevivir.

Los poderosos, los empresarios y los cívicos lo alimentaron y lo prepararon para la tarea que habían decidido para él. Le imprimieron sus tendencias anarquistas y fascistas, su irreverencia ante las normas. Lo menospreciaron por ser ignorante y bruto, le dieron poder pero siempre creyeron que por esas cualidades iba a ser controlable. Pero se les ha ido de control.

Chichi elaboró para él y sus leales, un proyecto a largo plazo, llegar alto en la institucionalidad cruceña. Sabe que en esta sociedad, y en Bolivia toda, no se necesita ser un estudiado ni un político eminente para llegar a ser alguien. Sólo se necesita plata, buenas conexiones, un historial de servilismo a los poderosos, "tener los ojos bien abiertos", oportunismo, carecer de principios y una masa miserable, temerosa y fácil de ser seducida por la prebenda. Él vio y ve de cerca ejemplos de eso: Jhonny Fernandez, su hermano Roberto, los cívicos, Rubén Costas ("líder" porque lo fabricaron los medios pero con una inteligencia mediocre, como se vio en el dialogo Prefecto-Gobierno) y el propio presidente Evo Morales.

Esta es la época en la que gobiernan los bárbaros, Ángel "chichi" Pérez lo sabe muy bien.

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