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ASC Noticias - Reflejando la Verdad

MASISTAS ACEPTAN EN SUS FILAS A SUS VERDUGOS

*Al parecer el MAS es capaz de pactar hasta con el diablo con tal de sumar votos

(ASC-Noticias) 22-Octubre-09

Por Oscar Miranda

Tomado de Bolpress.com

Para sorpresa de muchos, varios barrabravas y unionistas han aparecido sumándose a la campaña electoral del MAS, específicamente a la del candidato a segundo senador Isaac Avalos. Encabeza la lista de nuevos adherentes el famoso Chichi Pérez, Presidente de la barra brava de Oriente y le sigue Ángelo Céspedes, ex presidente de la Unión Juvenil Cruceñista.


Sin importar que el 17 de octubre del año 2003, Isaac Ávalos fuera víctima de los unionistas cuando en la plaza central fue golpeado, azotado y hasta derribado, sin respetar siquiera su condición de diputado, ahora aparecieron abrazados víctima y victimadores. La idea que los masistas parecen tener es que hay que olvidar el pasado, hacer borrón y cuenta nueva.

Pero esto no es casual, pues el presidente Morales repetidas veces ha invitado a todos para sumarse a lo que denomina "Proceso de Cambio". Seguramente haciendo caso a este llamado es que los otrora recalcitrantes unionistas ahora cambian de bando.

Ávalos y otros masistas dicen que no hay resentimientos. Chichi Pérez, ex ucesista, dice apoyar el "Proceso de Cambio", que hará campaña trabajando en las calles por el "binomio Evo-Álvaro" y ya viajó a La Paz dizque para "unificar a la juventud boliviana".

El caso de Ángelo Céspedes, past presidente de la UJC es aún más dinámico, de filiación falangista apareció dando un golpe a David Sejas haciéndose de las oficinas de la Unión Juvenil, en ese entonces ya Sejas acusaba a Céspedes de ser masista. El año pasado se lo vio liderando ataques a la Renta pero luego desapareció. Hace poco el mismo cabezarapada Céspedes apareció festejando la proclamación de candidata a senadora de la ex masista Adriana Gil, esta vez por el frente de Manfred Reyes, y su última jugada es apoyando al MAS. Después del camaleón, Céspedes puede ser catalogado como súper tortillero.

Chichi Pérez, que hacía cumplir los paros cívicos a palos, para justificar el paso dado ha expresado su descontento con la dirigencia cívica, cuestionando a las empresas de servicio público, irónicamente llamadas cooperativas, por las tarifas elevadas de sus servicios, reclamando por el aumento de precios del aceite y la carne y ha llegado a nombrar a los "grupos de poder" echándoles en cara el haber devuelto las oficinas estatales tras los asaltos de septiembre del 2008.

A diferencia del MAS y del Muspa, curiosamente Manfred Reyes Villa parece haber evitado por todos los medios que aparezcan en las listas de su frente personajes de mala fama como los unionistas y emenerristas. Ahora éstos se plegaron a frentes como el de Ana María Flores, de Alejo Véliz y otros, y ya se suman al MAS porque la única condición es estar "arrepentidos" como en su momento proclamara Chato Peredo.

¿Qué dicen los dirigentes de las federaciones de campesinos de este acuerdo con los unionistas, si fueron las principales víctimas de los energúmenos? Según entrevistas repiten que están felices.

Sumar votos es la cuestión

La situación de debilidad del movimiento cívico se patentiza y se agrava. Sumaron a sus filas a semejantes personajes como grupos de choque, lo que les dio la mala fama, y ahora, cuando ya no pueden sostenerlos se van o sino los desechan tras haberlos utilizado por eso están algo resentidos.

Estos activistas no son en realidad políticos, manejan grupos del lumpen acarreados a cambio de favores. De ellos no se puede esperar grandes ideas, tal vez ambición. Su defección no es importante en la medida en que no contribuyen con ideas, más bien, como asegura algún cívico y el propio prefecto, es mejor porque se libran de una carga.

Lo que es sumamente serio es el papel del MAS, que pese a las críticas en sentido de que se va nutriendo de neoliberales, OeNeGeros y derechistas ahora incorpora estas alimañas. Quizás suene exagerado, pero esto se parece a los ríos de sangre que cruzó Jaime Paz Zamora al pactar con quien fuera verdugo de los miristas, el general Hugo Bánzer, aquello que tanto criticó el presidente Morales. El MAS está criando cuervos que le servirán primero para sacar los ojos a otros y luego le tocará el turno a él.

Este pacto obedece a un encuentro de necesitados. Por una parte los unionistas viendo el descalabro de los cívicos y ante la persecución de que son objeto por el gobierno por estar involucrados en casos como terrorismo, y los asaltos a instituciones del año pasado, aunque en este caso Céspedes y Pérez niegan haber participado de las tomas, creen que es adecuado el momento para negociar y el resultado está a la vista, yo te apoyo, trabajo para ti y ya no me persigues y probablemente se aseguran un lugar en el próximo gobierno al que ya consideran ganador y como dijo Chichi, él siempre va a ganador. ¿El MAS qué consigue? neutralizar a su mayor escollo la UJC, genera confusión y dispersión en las filas cívicas y quizá apuesta a lograr que Evo, desesperado de entrar a la plaza, ingrese a ella para ser proclamado. Sin embargo hay un efecto bumerang que no les importa porque son inmediatistas, que sus seguidores se cuestionen, duden y tiendan a abandonarlo porque no quieren codearse con estos sujetos, además porque no se ha consultado a los militantes en algún congreso, se les está imponiendo desde arriba verticalmente.

Finalmente el proceso político nos va demostrando que el MAS y los cívicos están hechos tal para cual, ambos son neoliberales, se munen de matones, tienden a ser autoritarios. Son como hermanos siameses, inmorales que pueden cambiar rápidamente de uno a otro lado. Ya alguien dijo que los cívicos (incluidos sus seguidores) y el gobierno del Movimiento al Socialismo en realidad no son ni eran nunca contrarios, más bien se complementan. El uno no puede vivir sin el otro. Cada improperio que se lanzan entre ambos es para darse aire y así seguir subsistiendo. Con esta alianza entre el MAS y los denominados "juventud por el cambio" se confirma aquello. Para el MAS sólo cuenta la sumatoria de adeptos no importa quiénes sea, aunque huelan a azufre.

Los cívicos responden a los cuestionamientos sobre este paso de sus ex aliados diciendo que es una traición y la explican con el fácil expediente de que los han comprado, y ahora lanzan denuncias contra ellos por todo y por nada, amplificadas desde sus medios que también parecen sentirse traicionados. Es decir se han convertido en los villanos que antes eran ángeles, paladines de la autonomía. Está sonando el réquiem para los cívicos, luego vendrá el réquiem de los masistas que se dan el beso mortal con los unionistas. 

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