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CARRETERA AL BENI; ¿LULA APUNTALA A EVO O AMBOS TRABAJAN PARA LAS EMPRESAS BRASILEÑAS?

CARRETERA AL BENI; ¿LULA APUNTALA A EVO O AMBOS TRABAJAN PARA LAS EMPRESAS BRASILEÑAS?

Pese a los buenos augurios lanzados, este análisis afirma que la carretera Villa Tunari-San Ignacio no fue concebida para el desarrollo de los pueblos, sino para fortalecer a los capitales brasileños porqué principalmente: 

 

       -  favorecerá a sus empresas,

         -  facilitará la circulación de sus mercancías y el Brasil accederá a recursos naturales de la amazonía boliviana,

          -  implementará ese gran plan geopolítico del Brasil de control hegemónico

 

(ASC – Noticias)  27 -  Agosto - 09

 

Por Romina Castedo

 

El sábado 22 de agosto en Villa Tunari, Cochabamba, se concretizó el acuerdo de la construcción de la carretera Cochabamba (Villa Tunari) - Beni (San Ignacio de Moxos). Esta obra se implementará bajo los auspicios del Gobierno de Brasil.

 

Brasil está financiando la obra por 332 millones de dólares, que Bolivia tendrá que pagar a sus bancos. A cambio Brasil “abrirá sus mercados” a los textiles bolivianos por un valor de $us 20 millones, seguramente Evo, piensa distraer a los productores alteños con esta medida, pero habría que señalar también que estos textiles “son de origen chino”, ya que no se fabricarán con productos del país como el algodón o la lana. Por los montos se puede apreciar que los beneficios para el país serán bastante reducidos en comparación a lo que pagaremos los bolivianos en intereses a los bancos de Brasil.

 

Pero volvamos a la carretera, seguramente, muchos aplauden este tipo de iniciativas, porque se tiene el pre concepto que toda obra de vinculación caminera es buena, sin embargo, lo que no se visualiza es que esta obra responde a las necesidades de expansión del gran capital brasilero (léase transnacionales) para poder mover sus productos entre los dos océanos y también para facilitar el ingreso de capitales externos para el control y saqueo de los recursos naturales de esa rica región amazónica boliviana.

 

El año 2000, Brasil hizo firmar a todos los presidentes del continente un acuerdo para impulsar el IIRSA (Iniciativa de Integración Regional de Sudamérica), todo ello con el objeto de avanzar en su estrategia de control hegemónico del continente. Para materializar este objetivo debían construirse carreteras, aeropuertos, puertos, represas, y todo aquello que sirva para afianzarse económica y políticamente en la región. Esta obra será un paso en ese sentido.

 

La vinculación caminera y las grandes obras de infraestructura, como ser represas, puertos y otras, debían ser ejecutadas por sus empresas. Amén de que estas obras beneficien el comercio de Brasil hacia el interior del continente fundamentalmente se dirigen a fortalecer su vínculo con los mercados extracontinente, acercarse al Asia y la costa oeste de EEUU.

 

Otro de los ejes del control hegemónico del continente por parte de Brasil, es acceder a fuentes de energía y tomar su control. Advirtamos que esta carretera que se va a construir está en un área muy rica en hidrocarburos, además atravesará un importante territorio indígena.

 

Resumiendo, la carretera Villa Tunari-San Ignacio, no fue concebida para el desarrollo de los pueblos, sino para fortalecer a los capitales brasileños, de esta forma, Brasil nos da un crédito que pagaremos todos los bolivianos (al triple de su valor) para favorecer a sus empresas, facilitar la circulación de sus mercancías y éste pueda acceder a recursos naturales de la amazonía boliviana. Esta obra de infraestructura es un paso más en la implementación de ese gran plan geopolítico de control hegemónico del Brasil. Es bueno recordar que se tipificó a estas iniciativas como sub Imperialismo.

 

Al parecer nuestro presidente, que al igual que Lula tiene una absoluta adicción al desarrollismo capitalista y aun cree que “todo camino es bueno”, o está muy mal asesorado o simplemente al igual que Lula se ha dado a la tarea de fortalecer a la burguesía de aquel país, como si las grandes empresas de Brasil -que son las que están detrás de estos procesos- no siguieran las mismas lógicas del gran capital mundial que basa su acumulación empobreciendo a los pueblos mediante el saqueo, la falta empleo, los bajos salarios y demás, y ahora con el agravante de que se basa también en la depredación de la naturaleza que es la casa que nos alberga a todos. De esta manera, el presidente “populista” Evo, sólo va sirviendo de cipayo de la burguesía brasileña que tiene en el “populista” Lula su más fiel servidor.

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