CIVICOS Y GOBIERNO NOS LLEVAN AL DESASTRE

• Los cívicos por estar contra el reloj de la historia y el gobierno porque ha neutralizado las fuerzas sociales capaces de defender los derechos ciudadanos

(ASC-Noticias) 3-febrero-08

 

Por Juan Lemo

 

Finalmente se aprobó el proyecto de constitución elaborado por el MAS, Podemos, UN y MNR, esto pese a los ataques desesperados y burdos de los civicos y sus ultras tratando de evitar que la mayoría secunde el proyecto de constitución. La izquierda revolucionaria orientó el voto a la abstención como forma de rechazo al MAS señalándolo como pieza clave de la contrarrevolución que pretende atar al pueblo a la ley pariendo esa constitución que igual es burguesa y hace de la necesidad virtud al fijar como bueno el carácter atrasado de la economía. Así Bolivia seguirá en el atraso o incluso retrocederá.

 

El movimiento cívico intentó articularse alrededor del NO llamando a la unidad por Santa Cruz, tratando de que la gente no se acuerde de su cara fascista y racista mostrada en septiembre, los muertos de Pando y el terror que quisieron imponer. Detrás de ello los cívicos quieren ocultar que están divididos. En medio de su descomposición, por su inocultable falta de ideas, han sido derrotados. Lo chistoso es que parecen no darse cuenta e igual interpretan los hechos a su antojo como que hubo empate, que ganó el NO, que ahora podrán imponer un “pacto”. Todo esto sólo que puede significar que llevan al pueblo cruceño al desastre insistiendo en la pugna estéril entre cívicos y gobierno.

 

La victoria del SI consolida más cierta tendencia de las masas a retornar a las ilusiones democráticas, a creer equivocadamente que el voto transformará algo, esto aunque está probado en Bolivia que mientras más votamos peor estamos. Es seguro que muy poco cambiará en Bolivia tras la promulgación de la NCPE pero los ilusos seguirán esperando hasta que sus esperanzas choquen con la realidad. Pero hay otros que no esperan, pues su necesidad es acuciante, esos son los campesinos de San Julian, San Ramón y otros sectores urbanos que se lanzaron a tomar tierras al día siguiente del referéndum. A eso el gobierno responde “aplicaremos el peso de la ley” lo que no es más que una declaración de fe en la necesidad de mantener el orden capitalista actual que los pobres ya no aguantan y que supuestamente en el pasado los gobernantes “izquierdistas” juraron derribar.

 

Ahora está más claro que el masismo reformista no será derrotado por la derecha fascista por incapaz, retrógrada y subjetiva. Si las fuerzas morales que quedan, encarnadas en la clase opuesta al capitalista, los obreros, se levantan agrupando tras suyo a la clase media y campesina, entonces se podrá superar el desastre que representa el impostor MAS, aliado y defensor a ultranza del capitalismo, neoliberal en los hechos y enemigo de las conquistas de los trabajadores.