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ASC Noticias - Reflejando la Verdad

LOS CIVICOS CRUCEÑOS ARRUINAN LA CULTURA DEL GRAFFITI EN SANTA CRUZ

 * A los cívicos ya no les basta el control de los medios masivos de comunicación sino que también se apoderan en forma agresiva y maleducada de las paredes 

* Una ola de graffitis groseros y de insultos de gran calibre muestran cuán desesperados y locos son sus autores 

(ASC-Noticias) 26-Diciembre-07 

Por Raúl Bustamante                       ascnoticias@yahoo.es 

En Santa Cruz los graffitis han tenido diferentes momentos. Ha habido una época de gloria, otra de depresión pero hoy la decadencia es terrible y esto en gran parte porque a los cívicos, que acusan al gobierno de “totalitario”, ya no les basta el control de los medios masivos de comunicación sino que también se apoderan en forma agresiva y maleducada de las paredes, dejando a los sin voz ahora también sin paredes y arruinando completamente este modo de expresión.

 

Para mucha gente que no coincide con las posiciones del establisment, leer en la pared una consigna radical o un poema fue hasta hace poco una especie de bálsamo, una seguridad de que en medio de todo lo habitual había algo diferente. Qué agradable debió ser leer en su momento un “que gobiernen las putas porque sus hijos no pueden” o ese otro de la rebelión obrera “si los empresarios dicen que estamos bien que den trabajo y salario suficiente para vivir”, o esos de la rebelión femenina como “mujer liberada no pega botones”.

 

Pero todo eso ahora ha sido superado por una ola de graffitis groseros y de insultos de gran calibre que muestran cuán desesperados y locos son sus autores. Los ultra del grupo Resistencia, la gente de la concejal Desireé Bravo y los falangistas se turnan en este trabajo, ¡ah! pero son raros los que lo hacen en persona, más bien contratan gente, lumpen, grafiteros, o rockeros en decadencia, para no ensuciarse ellos las manos.

El proceso de descomposición  

Cierta mañana, hace menos de dos años, aparecieron por todo lado graffitis que vinculaban a Evo Morales, su gobierno y su partido con el comunismo, que atacaban a los collas, que relievaba la necesidad de la autonomía. Ese fue el punto de partida de este ataque a la población, con urticantes críticas y metemiedos como “muerte a los comunistas”, “Evo anticristo”, “Bolivia comunista, nunca karajo”. “Evo cumple, el comunismo llegó”, etc.

 

Luego vino una ola independentista, donde los simpatizantes de nación camba (pequeño grupículo), nueva república y otros ultra fascistas se dieron a la tarea de pegar cartelitos mal escritos que llamaban a hacer la revolución independentista, tratando de imitar el estilo de otros graffiteros y darse un aire revolucionario.

 

La tercera ola es la que ha terminado desquiciada, primero fueron ataques interesantes en función de ciertas crisis como la de falta de gas o la elevación de precios, cuando apareció por ejemplo ese “compro gas aunque sea importado”, pero la rabia cívica ha desatado ya todos los temores y finalmente lo único que aparece es el insulto craso y directo producto probablemente de cierta frustración cívica.

Las paredes muestran el bajo nivel político de los autonomistas 

Alguien dijo que la política era una ciencia pero también un arte y nadie parece haberles enseñado eso a los autonomistas, que en política parecen haber reprobado porque se tornan más y más detestables por su malaeducación, sus actitudes iracundas y exageradas, su arrogancia y por el terrorismo verbal del que abusan, demostrando que tienen mucha inseguridad y temor.

 

Se puede advertir que en medio de su desesperación en la situación política actual, los cívicos enarbolan una carta de negociación y defensa, tratando de exagerar para demostrar que si no se les hace caso entonces se viene algo peor, la independencia.

 

Ellos aprietan a fondo el acelerador de su propaganda usando al pueblo cruceño y la posibilidad de la independencia cruceña para arrinconar al gobierno. Y que las paredes griten improperios puede ser útil. El hecho ya ha llamado la atención hasta de la prensa internacional como el periódico de ultraderecha “La Nación” de Buenos Aires que concluye que esto refleja la enorme presión sobre el gobierno.

 

Es que no hay calle que no tenga sus paredes atiborradas de estos graffitis sucios, que incluso se superponen unos a otros tanto que hasta ya es difícil entender. Para los cívicos las paredes tienen que gritar desesperadamente lo que quieren los patrones como si fuera lo que quiere el pueblo. Pero esta gente que no tiene serenidad ni análisis, que engaña y roba al pueblo (hasta las paredes le roba), a dónde le puede conducir sino al despeñadero.

 

Pero la política es principalmente planteamiento de ideas y lo que actualmente se ha desatado en las paredes es una guerra de insultos de alcantarilla que deja perplejos a muchos y deja malparada a la cultura cruceña.

 

No hay respuesta a los problemas de la gente, no hay ideas interesantes ni picarescas. Ahí están pintados, junto a los nombres de dignatarios de Estado, del partido de gobierno e incluso opositores e independientes, epítetos gruesos como: “Susana Rivero perra machorra”, “lesbiana”, “Gabriela Montaño tuberculosa”, “Linera maricón”, “puerca lesbiana”, “pelagato”, “Margoli Guzmán vende pitillos putisima”, “Evo pajero”. “Evo loco perverso”, “Rada carnicero de Sucre”, “Evo colla maldito”, “Evo chola (mujer que hace de pareja sólo para el sexo) de Chávez”, “Quintana asesino de niñas”, “cabrón”, “Evo indio gay”, y más. Como si eso fuera algo que importara en la verdadera política.

 

También para acabar con su oposición interna las paredes son buenas y por eso aparecen pintados contra el MNR, PODEMOS, UN y otros como “MNR camote del MAS” o “UN y MAS, amor por siempre”, “El Deber masista, cómo es del BCB”.

 

En las paredes la disputa absurda entre gobierno y oposición cívica ha tenido el aporte masista con eso de “Tuto = Goni”, a lo que le siguió la correspondiente respuesta de los cívicos en una guerra matemática de grafitis como “UN = MAS”, “Tuto + Goni = Evo”, “Doria Medina masista, traidor” y otros.

Grafitis como precursores del terrorismo cívico 

El camino tomado por el movimiento cívico contra quienes no se someten a sus ideas ya ha generado serios indicadores acerca de su decisión, porque de las simples amenazas verbales pasaron a escribir “nido de traidores” en las paredes de instituciones o casas de gente “sospechosa” que no se somete a sus cánones y luego amenazas de muerte en las paredes demostrando cuán grande es el empute de los ultras.

 

Por allí tenemos grafitis que gritan “Linera muerto te esperamos el domingo”, “Quintana vas a morir”, “Evo va a morir en Santa Cruz”, “Evo Santa Cruz será tu tumba”, “aquí no matamos perros sino collas” y otros más. A eso se suma el pegado de listas de “traidores sentenciados”. Todos ellos son actos de terrorismo mural.

 

Lo que se ve venir ahora es que los cívicos ultra-fascistas pasan de los grafitis al hecho, como los asesinos en serie que primero escriben lo que van a hacer con sus víctimas y luego actúan. Ahora ya llegaron los atentados reales, se produce un serio atentado a la casa del primero de la lista, Chato Peredo, y le ha seguido la casa del segundo, Carlos Romero, constituyente por el MAS, que días atrás fue pintarrajeada con mensajes que decían “casa del Carlos Romero”, para que quede identificado, luego “traidor” y dibujado un tablero de tiro al blanco en su puerta y además entraron al domicilio provocando destrozos y cortándole la luz. Pero ahora esa casa fue atacada en las primeras horas de la madrugada del sábado 22 por un grupo de mozalbetes y peladas que conducían vagonetas y camionetas lujosas, que intentaron incendiarla y según testigos portaban banderas de la Falange Socialista Boliviana. Esto parece ser el descaro total.

 

Haciendo papel de analista se puede reconocer el grado de esquizofrenia partiendo de los espasmos manuales del paciente y concluir que esta gente está muy enferma, que tiene mucho miedo, que para evadir la realidad acude a mayores estimulantes como violencia verbal o física.

 

Pero esta contaminación visual generada por los ultras además de afear las paredes, atentar contra la propiedad privada que tanto dicen defender, enfermar la mente de la gente, es peligrosa para los niños que en su etapa de aprendizaje de la lectura leen todo lo que ven en las paredes o letreros, contaminando involuntariamente su espíritu. La alcaldía que dice preocuparse de la belleza de la ciudad ante toldos y comerciantes, nada dice de esto porque está subordinada a las bestias “cívicas”. Es repugnante.

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