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ASC Noticias - Reflejando la Verdad

CIVICOS BUSCAN APOYO DE PUEBLO CRUCEÑO PARA ASESTAR GOLPE FINAL

 

* Los autonomistas cruceños aprovecharon todo para debilitar al gobierno, incluso lo más patético y grotesco como hacer que sea una cuestión de estado el hecho de que Evo no tenga mujer.

 *         En todo este tiempo el MAS creyó avanzar victorioso hacia la reforma del régimen, pero se le han presentado serios obstáculos en su camino.

* En la guerra mediática el gobierno del MAS no actúa contundentemente ante la táctica de los cívicos que le acusan de todo y de nada.

* Los cívicos son parecidos al MAS, sólo piensan en el momento y no en el futuro

 (ASC-Noticias) 27-Noviembre-07

 Por Marcelino Villarreal                 ascnoticias@yahoo.es

El MAS puede estar yendo a su caída y fracaso total, y el fascismo hacia el poder

Hace algo más de un año los cívicos empezaron a poner en pie un cerco alrededor del gobierno del MAS, que se fue haciendo más estrecho y sofocante a medida que con soberbia siguió asustando a los cívicos empresarios impulsando reformas insignificantes y simbólicas aunque ruidosas, y esperanzando a sus seguidores con una supuesta revolución democrática. Pero, paradójicamente, su política no afecta al neoliberalismo y a las transnacionales o sea a la propiedad privada y su sustento ideológico que es la supuesta democracia, manteniendo incólume todo aquello que en octubre del 2003 motivó la lucha popular. Pero los cívicos y empresarios cruceños, pertenecientes a una oligarquía que se pone muy nerviosa con sólo oír de comunismo, tomaron en serio las fanfarronadas indigenistas, nacionalistas y reformistas de Evo Morales y están seguros que la "democracia" que apuntalaron corre peligro.

En todo este tiempo el MAS creyó que avanzaba victorioso hacia la reforma del régimen, pero se le han presentado serios obstáculos puestos en su camino por la oposición racista y fascista. Contra ella el MAS cree correcto usar a las multitudes para defender y exaltar el indigenismo (anticomunista), alejando a la gente de la lucha por exigir mejores condiciones de vida, sometiéndola al rentismo, a la defensa de una chirle bolivianidad, lo que es llevarla al desarme ideológico; esos mismos métodos usan los cívicos en las regiones que controlan y principalmente sobre la clase media. Entre estos dos cocineros se dan de sartenazos, cada uno autoerigido en paladín de una democracia inexistente, pero en fin de cuentas sólo gestan la pulverización definitiva del país.

Evo Morales, empalagado por los votos y el electoralismo, comenzó a defenderse de los primeros ataques de la oposición y los cívicos, acentuando los aspectos pintorescos e indigenistas de su gobierno, juego de pelota en todas partes y a todas horas, declaraciones jocosas y discursos altisonantes. Al principio los mandatarios de los países vecinos querían estar con él y saludaban su llegada al poder y su "socialismo del siglo XXI", pero luego se fueron sintiendo incómodos.

Algunos llegaron a convencerse que el show del gobierno significaba un cambio real operado en el país por la sola llegada de un indio supuestamente irreverente al Palacio Quemado. En el fondo la ilusión es fruto de esa creencia que tanto alimentan con su electoralismo izquierdistas y reformistas, de que el poder es la silla presidencial y quien la tenga tiene el poder.

Aún cuando en demagogia y parafernalia el MAS recuerda al nacionalismo militar de los años 60, el gobierno asusta a los acomodados con discursos sobre socialismo y nacionalizaciones pero a la vez garantiza en los hechos su respeto a la propiedad privada y a las transnacionales. Allí está, por ejemplo, su nacionalización de los hidrocarburos y su "revolución" agraria vía pacífica, que en esencia no cambia para nada lo hecho por el gonismo y en el caso de la nueva Ley de Tierras se trata de una más conservadora aún.

Igual que Carlos Mesa, quien era simpatizante precisamente de las ideas nacionalistas, Evo sufre el ataque sin cuartel de la media luna. A Mesa le tocó vivir el desate de esa pelea chauvinista entre regiones que fue desplazando la lucha de clases que había orientado y marcado la historia del país en las últimas cinco décadas, cuando el mundo veía sorprendido cómo en un país tan atrasado, las masas de analfabetos y hambrientos levantaban consignas de elevado contenido político. En su lugar hoy destaca el chauvinismo, el amor al terruño, el racismo, el indigenismo y el fascismo más cavernario que dice defender "la democracia".

Evo pretende igualarse a la figura de Hugo Chávez, quien también, con su peculiar socialismo defensor de la propiedad privada y su verborrea nacionalista y antiimperialista asusta a los poderosos de su país y a los EEUU, al mismo tiempo que mantiene la esencia de la propiedad privada y la presencia de las transnacionales ilusionando a los de abajo con un "revolución" que no hay. Evo por el momento se consuela con ser la sombra de Chávez.

Se puede decir que el resultado favorable del referéndum por autonomías del 2 de julio del 2006 decidió a los cívicos cruceños lanzarse a la conquista de la dirección nacional de los sectores conservadores, desesperanzados luego de la arremetida popular del 2003. A medida que pasaron los meses, el cerco que iniciaron sobre el gobierno creció lentamente y la media luna proyectó su sombra sobre otros departamentos.

El potenciamiento cívico obedece a las dificultades del gobierno para resolver la crisis económica del país agravada por la corrupción, los errores, la inoperancia y la derechización del propio MAS. El cambio prometido jamás se reflejó en una mejora del nivel de vida de los miserables. Tanto es así que ahora los empresarios agropecuarios dicen que ellos entregaron a Morales, al inicio de su mandato, la canasta familiar más barata de Latinoamérica y que la ha vuelto la más cara por no atenderlos.

La crisis en las relaciones del MAS con la oposición tuvo varios episodios. Evo cedió a la convocatoria del referéndum autonomista, orientado por García Linera, y borró con la mano más tarde llamando a votar "no" a las autonomías. Fue un episodio en el cual los cívicos midieron las limitaciones del gobierno y vieron cómo calentarlo hasta que se funda.

Luego estuvo la pelea en la Constituyente por los dos tercios y el problema del control de los recursos de emergencia ante "El Niño" respondido con la creación del Comando Único Transitorio y el consiguiente malestar cívico. En el campo de la educación los cívicos levantaron la bandera de la defensa de la religión, la fe y la educación privada, y luego disputaron por la elección de los magistrados de la Corte Suprema, por la Nueva Ley de Tierras, por el juicio a Goni. El juicio a los supremos del Tribunal Constitucional fue amenizado con puñetazos en el Parlamento. La relación de Evo con Chávez, Castro y luego con Irán también fue centro de las acusaciones cívicas y podemistas. De todos estos líos, el gobierno salió, con ridículo unas veces, otras apenas bien parado, las más retrocediendo o negociando, pero en la mayoría dejó que los cívicos golpeen y golpeen, que adquieran cuerpo y se pongan más atrevidos. Ver este proceso no deja de hacernos recuerdo a Salvador Allende quien dejó que el fascismo crezca en sus narices creyendo que con sus discursos que seducían a las masas, el legalismo y la concertación era suficiente para tenerlo a raya.

Los autonomistas cruceños aprovecharon todo para debilitar al gobierno, incluso lo más patético y grotesco como hacer que sea una cuestión de estado el hecho de que Evo no tenga mujer, familia o no use saco y corbata. Así fue la puesta en escena de la pelea entre dos bandos que sin embargo tienen como denominador común ser anticomunistas, defensores del capitalismo y siempre dispuestos a aliarse con las transnacionales.

La oposición cívico-empresarial se apoyó en los miedos y atraso de gruesos sectores de la población y en especial de la clase media acomodada. No es casual que portavoces disfrazados del fascismo, como Carlos Valverde y otros, hablen de un plan del gobierno para acabar con la clase media en el país.

Los cívicos cruceños persistieron en su política conspiradora, generando conflictos, comprando dirigentes, trastocando la voluntad de los sectores populares y ofreciendo carnadas tales como empleos o eso de la capitalía, para llegar a controlar y manipular a la dirigencia cívica de seis departamentos.

A pesar de tener todo en su contra, de ser odiados por comecollas, los cívicos cruceños parecen tender a convertir en dirección nacional con su proyecto de autonomías departamentales, aún cuando su localismo, separatismo y carácter antinacional son por demás evidentes. Las nerviosas clases medias acomodadas y los nuevos ricachones de otras capitales los prefieren antes que al MAS y sus relaciones con Hugo Chávez y Castro.

Los cívicos cruceños supieron usar el fantasma de un inexistente comunismo en el gobierno para apoderarse de las clases medias de las capitales para que vean en ellos y en su propuesta de autonomía la única salida. Las movilizaciones de los cívicos cruceños contra el gobierno, de ser sólo expresiones regionalistas y locales, en lapso relativamente corto se tornan nacionales.

En la guerra mediática el gobierno del MAS no actúa contundentemente ante la táctica de los cívicos que le acusan de todo y de nada, sin siquiera haberse establecido las responsabilidades del gobierno o de sus personeros sindicados de hechos irregulares. Los cívicos quieren lograr hacer del gobierno culpable de todo, hasta de su propio racismo, de sus ajetreos golpistas, de las agresiones fascistas de los unionistas contra la población en los distintos paros cívicos y del ataque de las hordas manfredistas a campesinos y pobladores de la zona sur de Cochabamba movilizados para echar al tan odiado Manfred Reyes.

Incluso, los cívicos de pasado narcotraficante, vinculados con delincuentes comunes y mafias de proxenetas, acusan y acusan al gobierno de ser narcotraficante y delincuencial sin más ni más. Impunemente hacen de la acusación la prueba del delito. Mientras más acusan al gobierno más culpable lo hacen. Según esta lógica, el gobierno es el "único culpable" de todo. Por ello, para vastos sectores de la clase media, el gobierno es culpable de la inflación. Les da la razón la incapacidad de YPFB de abastecer de diesel.

El conflicto por el control de la Prefectura de Cochabamba, en enero pasado, fue la oportunidad valiosa que tuvo el gobierno para frenar de forma temprana este cerco. Los cívicos se empeñaron en convertir a ese departamento en su furgón de cola mediante su aliado Manfred, aunque no con mucho arrastre en la población. Hasta ese momento el gobierno confió y hasta se resignó a que los cívicos se queden aislados controlando los cuatro departamentos de la "media luna", (aunque se asegura que en Tarija sería aparente el control de los cívicos, pues tienen mucha oposición); por eso, cuando Manfred pidió un nuevo referéndum departamental por autonomías, el MAS reconoció esta iniciativa como algo grave pues la balanza se inclinaba en su contra. Desesperado auspició movilizaciones contra el prefecto. Miles de campesinos tomaron Cochabamba encontrando simpatía en los sectores urbanos más radicales, numerosos y empobrecidos de la ciudad, pero lo hizo para arrinconar al prefecto y chantajearlo, no para tumbarlo.

El gobierno perdió el control de la movilización que se dirigía a aplastar físicamente al manfredismo y entonces detuvo todo, boicoteó las iniciativas independientes de expulsar al prefecto y poner en pie, por medio de un cabildo abierto, un gobierno prefectural revolucionario. El MAS se asustó porque vio surgir amenazas peligrosas contra la vigencia del régimen democrático y la propiedad privada. Por eso decidió llegar a un pacto de caballeros con el manfredismo. Su actitud traidora sólo respondió al momento. Su preocupación fue detener a la masa fuera de control, pero no previó que así se ataba de manos ante los cívicos que luego lo responsabilizaron de todo. Al finalizar este capitulo el gobierno no pudo defenderse ni él mismo. Al gobierno siempre le preocupó actuar en el marco de un legalismo cobarde e inoperante, mientras los cívicos siempre cruzaron impunes ese límite una y otra vez para ejercer su violencia fascista y su conspiración. La prueba es que ahora, en Sucre, los cívicos hicieron sin el menor rubor lo que el MAS impidió que se haga con Manfred, han tomado el control del gobierno local, desconocido al prefecto e instaurado un gobierno provisional desde donde llaman a las demás regiones al golpe con el pretexto de desconocer lo hecho por la Constituyente que parece llevar a la tumba al gobierno.

Los cívicos en sus tácticas imitan el golpe contra Salvador Allende de 1973, que consistió en socavar la economía, movilizar a sectores como los transportistas y agitar el peligro de la guerra civil no buscada pero buena para asustar gente y justificar la asonada. Se suma la idea de hacer lo mismo que con Goni, movilización popular intensa y desbocada. No en vano los cívicos siempre han dicho que el 2003 Evo les enseñó como tumbar gobiernos, aunque Evo nunca dirigió ese conflicto por tener sus reparos. Finalmente también se inspiran en las lecciones del golpe contra Chávez del 2002 porque anticipan y generan muertos para hacer del gobernante un tirano monstruoso que no merece consideraciones ni de vivir.

Los cívicos ya han fabricado su "octubre" pero fascista, con el levantamiento en Sucre, que aún está aislado en esa ciudad. Le han dado la apariencia de una revolución por "democracia y libertad", así tratan de canalizar y controlar la furia popular contra el gobierno, furia acumulada que tiene un alto componente originado en la pobreza y la miseria imperante en esa región, que el MAS debía resolver con sus reformas. Pero lo que ha logrado el MAS es que el fascismo manipule las esperanzas populares por mejores días, las frustraciones de los miserables, para hacer que retrocedan años y años en su tradición de lucha, hacia una situación donde los poderosos los controlan para que respeten la democracia y libertad de los bien comidos de aquí y de afuera.

Esto no debe extrañar, el fascismo siempre disfraza su llegada de "revolución liberadora". Los cívicos cruceños lograron los muertos que buscaron, Sucre ha sido la victima propiciatoria y les sirve para azuzar el fanatismo regional y un racismo curioso de collas contra collas. Ahora, preparan la propagación de su "revolución" a todo el país, eso es el golpe.

Autonomistas en Santa Cruz, realizaron el sábado 24 y domingo 25, atentados a edificios públicos y de masistas como hechos aislados y no producto de movilizaciones masivas. Son los ultras que buscan precisamente generar el terror, que los críticos se queden asustados en sus casas para que sus hordas y la población que manipulan ganen las calles. Los medios inflan todo y ya dicen que son "movilizaciones de los cruceños" en defensa de la "democracia", la "libertad" y "Santa Cruz". En Tarija y Cochabamba los ricachones, clases medias acomodadas y las copetudas salen a las calles atrevidamente y ya saltan felices porque piensan que el poder les va a caer en las manos así nomás. Los prefectos opositores decretan paro e impulsan actos y movilizaciones masivas en sus regiones buscando la caída del gobierno. Parece que su cuenta regresiva tiene como límite el 14 de diciembre fecha término de la Constituyente. Tal vez tengan listas sus hordas fascistas para en su momento ganar las calles y moler a palos a todo aquel que se les cruce si es que no está organizado.

Como en la guerra civil española, cuando los fascistas fueron avanzando hacia Madrid, paso a paso, ahora los émulos de Franco avanzan sigilosamente. La media luna es su zona de influencia donde forzadamente ubican también a Cochabamba, con ayuda de Manfred. Prácticamente Sucre ya es territorio cívico, más cuando el gobierno ordenó el repliegue catastrófico de la policía, como en Viru-viru. Santa Cruz se alista para esa perspectiva porque el hostigamiento al MAS crece. Cívicos y parlamentarios cruceños ya asumen tareas como controlar los accesos a Santa Cruz apareciendo, a denuncia de sus informantes, en el aeropuerto para ver si hay aviones que traen armas y tropa cubana y venezolana. Hasta Costas ya sugirió que Evo no tiene pisada en Santa Cruz.

Avanza el proceso subversivo y el gobierno sólo habla de la luminosa aprobación en grande de la nueva constitución, de aprobar una ley para investigar fortunas y juicios de responsabilidades por malos manejos de anteriores gobiernos en temas petroleros.

El gobierno inauguró su gestión diciendo que iba a ser fuerte y pobre de quién se le opusiera. Fue la advertencia a los maestros trotskistas que amenazaban no dar respiro a su gobierno, pero con los cívicos se mostró como un gatito ronroneante, pidiendo cariño, pero los cívicos lo corretean como los canes con los gatos.

Los cívicos empresarios han salido victoriosos hasta ahora, era de esperarse porque tienen una larga tradición conspirativa. Sus mejores aliados fueron los medios que inflaron y amplificaron sus voces porque son precisamente sus dueños. Los medios estuvieron para enfermar a la gente, para sembrar el odio entre regiones, entre razas, y sembrar renovadas esperanzas en la democracia que no existe, en la "libertad", en generar miedo al comunismo y a una revolución social, llamando a la unidad de clases sociales tras el empresariado y contra la indiada levantisca que tumbó a Goni, ocultaron las diferencias y acentuados roces entre clases sociales usando el amor a la región, el amor al "terruño" que demuestra ser argumento muy eficaz. De acuerdo a la conveniencia reproducen y amplifican a los ultras, alientan la guerra, o inflan todo para desacreditar al gobierno.

El pasado sábado 24, por la noche, en una concentración en la plaza 24 de Septiembre, a la cual los cívicos y podemistas convocaron haciendo sonar las campanas de la Catedral, los falangistas y el grupo Resistencia, pedían armas para ir a la guerra. "La guerra ha comenzado, necesitamos que estén al frente cruceños valientes", gritaban desaforados y en estado de psicosis desatada. El prefecto estaba presente e insinuaron que él actuaba cobardemente por no declarar formalmente esa guerra. Pese a que no pasaban de ser unas doscientas personas, encabezadas por los mismos desaforados de siempre, estaba Chiqui Martinez, Caito Flores, la asesina confesa de indios Mery La Torre y los de la FUL de la UAGRM, los medios dijeron que se trataba de miles de cruceños y que la plaza estaba abarrotada de gente en apoyo a Sucre que luchaba por "democracia". Así enferman a la gente y muestran una Santa Cruz en guerra.

Luego de lo de Sucre, que querían ansiosamente, pero sin éxito, que se propagará como un incendio por todo el país, han definido los planes para echar a Evo, partiendo del paro de la media luna que ha sido un tanto neutralizado por la promulgación del decreto del bono dignidad, siguiendo con la llamada desobediencia civil y la huelga de hambre. Por el momento su nueva táctica es aparecer como pacíficos, pero se mueren por comenzar la balacera, si no lo han hecho es porque su discurso democratizante les limita y tienen miedo a una respuesta superior.

Que caiga el gobierno es cuestión de tiempo y maniobras, todo depende, pero la llegada del fascismo sólo se evitará si los de abajo se sacuden rápidamente de la dirección masista para no ser aplastados, lo que es difícil pues si en algo ha sido muy hábil este gobierno es en controlar y frenar a los pueblos a través de los dirigentes sindicales.

El MAS ha mostrado mucha incapacidad en el gobierno y en la tarea de enfrentar a los cívicos cuando aún tenía amplio apoyo popular y cuando todavía controla a las fuerzas del Estado. No hay que esperar que sea dirección de la lucha contra el fascismo, otros ocuparán ese lugar. Ahora mismo demuestra incapacidad para defenderse, responde con niñerías y poses hasta contrarrevolucionarias y bárbaras, usando organizaciones sindicales manipuladas a su capricho o mal dirigidas, como esos que influenciados por el senderismo degollaron a un par de canes la semana pasada y terminaron por dar la razón a los violentos cívicos que dicen que el MAS es violento. El gobierno no quiere organizar a la gente contra el fascismo porque teme que se escape de su control y afloren instintos radicales, se ve obligado a sostener a su hija opa la constituyente, confiando su defensa a policías y militares y sobreesforzándoles.

Que el MAS dirija a las masas en estas circunstancia es penoso. Es que el MAS es un mito, no es ese partido de gente luchadora, de grandes lideres sindicales. Se ve con más claridad que es una bolsa de timoratos que llegó al gobierno para engordar o figurar. Así cómo salió escapando de Viru Viru, o de Sucre, llegado el momento huirá del país a vivir la dolce vita en el exilio y pedir conmiseración de los organismos internacionales. Dejarán al pueblo librado a su suerte. Contra el fascismo no organizarán nada exitoso.

El país hacia la barbarie y la pulverización vía la defensa de la "democracia"

Desde el lanzamiento de su "agenda de junio", en el primero de los cabildos carnavalescos que los cívicos realizaron, en junio del 2004, se buscó revertir la situación revolucionaria que vivía el país, tratando de hacer retroceder a la gente a posiciones conservadoras y fundamentalistas. La táctica fue alimentar el sentimiento regional para que aflore la aceptación a las instituciones y régimen burgués, a diferencia de las jornadas de octubre del 2003. Desde entonces alientan y llaman a defender ilusiones democráticas que hasta ayer no tenían peso. Ese es el verdadero fondo de la pelea por la sede de la capital a la que cívicos y también el gobierno han llevado al país y parece un callejón sin salida.

El tema de dónde debe estar la sede de gobierno fue desenterrado en anteriores ocasiones con afanes distraccionistas o electoreros, pero no hallo respuesta pues en ese entonces no imperaba el chauvinismo porque el empresariado cruceño se sentía cómodo y protegido por el centralismo. Hoy los podemistas y cívicos han logrado colocar el tema sobre el tapete que, junto a la Autonomía y la "sede no se mueve", son los jinetes del Apocalipsis con vocación de arrastrar a la gente al abismo.

Hasta octubre del 2003 a la gente no le importaba dónde sesionaba el Parlamento ni dónde estaban los poderes del Estado, más bien los detestaba por ser la encarnación misma de la antipatria y de la corrupción impune. En febrero del 2003, una revuelta popular en La Paz casi incendia varias oficinas y edificios que aglutinan a estos poderes. Incluso la clase media paceña que hoy se torna tan "paceñista", pedía a gritos que la sede de gobierno se traslade a otra parte pues sólo traía huelgas, marchas y conflictos afectando sus negocios; en ese entonces muchos dijeron honestamente "que se la lleven a Sucre, por último".

En Sucre tampoco la querían, y en octubre del 2003 sectores populares de esa ciudad se movilizaron junto a los de La Paz, El Alto y otras capitales, formando un movimiento nacional, unitario, poderoso y revolucionario. Nadie quería la sede, que es lo mismo que decir a nadie le importaba la "democracia", todos iban contra ella y buscaban la nacionalización y recuperación de los hidrocarburos, cosa de la cual hoy casi ni se habla.

Poco antes de la caída de Goni, los propios medios empresariales cruceños clamaban "pobre la sede de Gobierno... cómo sufre... cómo sufre también la democracia... el congreso no puede sesionar... está sitiado por las marchas y las huelgas". En ese entonces, no sufrían de anticentralismo y antipaceñismo. Con la crisis de octubre, la cosa cambió, los medios amplificaron a los empresarios que pidieron que la sede se traslade a Santa Cruz y que Goni gobierne desde aquí. La población cruceña no les secundó por las mismas razones que en otras partes, los que se movilizaron contra Goni fueron reprimidos por los cívicos y sus unionistas. Esa propuesta de los empresarios pudo haber sido lo mejor para el país pues si se daba, hubiese desencadenado el aplastamiento preventivo de la reserva física y "moral" del gonismo, los cívicos empresarios cruceños. Goni intuyó de alguna manera esto y prefirió partir al exilio para dar paso al segundo round que hoy está por definirse.

El MAS, por su parte, batalló por defender la "democracia" contra el levantamiento de octubre del 2003 y propició la sucesión constitucional, saludada por la embajada norteamericana. Con su llegada al palacio de gobierno, el MAS tuvo acceso a más recursos ideológicos para hacer creer a muchos que la democracia podía reformarse, que realmente existía y que había que tener renovada fe en ella y sus instituciones porque, "los campesinos, los indígenas, los movimientos sociales han llegado al poder y son mayoría en el Congreso". En realidad no fue nada de eso sino la llegada de burócratas y electoreros oportunistas.

Desde entonces, se sembró la semilla para tornar importante el hecho de dónde está la sede del Estado más que reconocer su esencia opresora y antinacional que no se altera en función de la ciudad donde se asiente. Esas ilusiones, rescatadas y defendidas por el propio MAS son compartidas por los cívicos y son base para que éstos puedan arrastrar a Sucre a la lucha por la capitalidad y avancen en su asonada golpista de forma imparable. Con el "cabildo" paceño, el MAS cayó en la trampa de la capitalía y arrastró a más de dos millones tras él. Ahora es una cuestión que si no se resuelve puede hacer estallar al país. Las transnacionales deben estar felices porque ya ni se habla de su presencia saqueadora, para ellas da igual que la sede sea en cualquier parte, no les importa mucho qué bando se impone en esta pulseta pues ambos garantizan la propiedad privada. Para ellas es más importante el negocio y el retorno de la creencia en la "democracia" para que nadie les moleste.

La Constituyente y las autonomías también son parte del afán de buscar que la "democracia" reviva, pues son reformas que profundizan la droga del voto y no la revolución. Ambas buscan simples cambios administrativos y reformas, ambas se complementan como lo ha demostrado el MAS. No tocan la propiedad privada. Por eso es que el MAS y los cívicos son comadres. Lo grotesco es que estos "demócratas", para defender la "democracia", toquen el clarín de la guerra de culturas, del choque entre regiones, del racismo, del indigenismo, del separatismo, que son precisamente ideas antidemocráticas y retrógradas. Actúan así porque no pueden arrastrar a la gente con su política pues en este plano no tienen ya nada con que engañar. Ellos mismos son la prueba de que no hay democracia. Dicen no hacer política porque según ellos "eso hace daño al país", cuando la democracia formal es precisamente el fruto de la práctica de una política elevada. Hace años atrás, cuando la gente tenía ilusiones en el voto y en que la democracia iba a resolver sus problemas más urgentes, fascistas y reformistas decían que la "democracia" era elemental para mantener unido al país y que la política era un sacrificio para "salvar Bolivia". Hoy quieren que la gente se mate por "democracia", pero hacen hincapié en las diferencias raciales y regionales. Carlos Valverde dice "mejor vamos a referéndum para ver si queremos seguir siendo país ante que haya más muertos...porque somos diferentes y si siendo diferentes no podemos entendernos mejor separarnos". Esto indica cuán cierto es que los cívicos barajan como posibilidad la pulverización del país si no logran hacerse del control de toda Bolivia y como medio para salvar la supuesta democracia en sus regiones. Esto es simplemente la barbarie.

De ser un mal circo, la pelea de comadres ya ha dañado la misma economía y tiende a propiciar la desintegración del país, todo por controlar los miserables recursos que las petroleras le dejan al Estado. En ello la capitalía es una ventaja para conseguir la mejor tajada.

Ahora mismo la pelea civicos-gobierno genera protestas sordas de la gente, desesperada por el alza de precios y la escasez de diesel, por el nivel al que ha llegado la reyerta entre ambos. Son esos sectores que están en medio de las dos comadres, que en los próximos días pueden terminar anulados o absorbidos gracias a tanto chauvinismo y fanatismo desatado. En Santa Cruz, por ejemplo, a todos los que hablan en contra de esta pelea, aún cuando lo hacen en "defensa de la democracia" y pidiendo dialogo, falangistas y ultras los agreden y amenazan. Es seguro que los fanáticos que defienden al gobierno hagan lo mismo en otras regiones.

En realidad estas consignas retrógradas se proponen revertir la situación revolucionaria, no otra cosa se puede entender cuando la mayoría popular, correctamente orientada a desconocer las instituciones burguesas como el Parlamento, el Poder Judicial y otros, de pronto, guiada por el MAS y los cívicos, se ve empujada a defenderlas, posición burguesa y contrarrevolucionaria.

Si esta pelea de comadres se detuviese mañana por alguna razón, cosa poco probable, va a ser difícil revertir el daño que tanto chauvinismo, racismo y fundamentalismo indígena le ha hecho a la unidad del país. El MAS tuvo la oportunidad de evitar este proceso de haber llamado y organizado a los explotados a destruir el Estado burgués, aplastando así la fuente del verdadero poder de los cívicos fascistas, pero sólo se conformó con el simbolismo de tener la silla y la banda presidencial y proponerse a convivir con la propiedad privada. No podía hacerlo por su carácter de clase defensora de la gran propiedad. El MAS sólo ha terminado desatando al monstruo del fascismo y ha permitido que éste alimente el choque de regiones. La respuesta del MAS fue mostrarse más chauvinista en el plano nacional y a la vez más autonomista.

Pero los cívicos fascistas han abierto la caja de Pandora al alimentar las fuerzas desintegradoras del Estado y las ambiciones localistas y hegemónicas de los cívicos de cada región, en especial de los bien acomodados y ambiciosos doctores cívicos que controlan ahora Chuquisaca. Se ilusionan si creen que tras la caída del MAS y su arribo al poder, gobernarán como en taza de leche. Se enfrentarán a esas fuerzas que ellos mismo sembraron. Los cívicos chuquisaqueños apelarán a su mayor cuota de sacrificio en la tarea de tumbar a Evo y exigirán que se cumpla el traslado de la capitalía y su cuota de control del Estado, entonces aflorará el espíritu centralista que siempre tuvieron. Al comprometerse con la capitalía para Sucre, los cívicos cruceños se han puesto encima un problema a resolver, obligar a La Paz a la derrota y a Santa Cruz a la resignación de sus ambiciones. Las consecuencias de este conflicto son incalculables.

En los cívicos cruceños su ansiado sueño de ser sede de gobierno surgirá con mayor chauvinismo y racismo porque para ellos Sucre está nomás llena de indios y creen que el problema de la democracia es que esté asediada por ellos. Ahora mismo dicen que la sede debe ser Santa Cruz, porque es la más moderna, porque no tienen indios levantiscos, porque tiene la infraestructura y salida al Atlántico. Para ellos no puede ser Sucre porque eso profundizaría la mediterraneidad de Bolivia. Esto puede llevar a niveles insospechados la pelea esa de oriente y occidente.

Los cívicos fascistas son parecidos al MAS, sólo piensan en el momento y no en el futuro. Han acusado al MAS de ser culpable de una serie de problemas que llegado el momento, si vuelven a gobernar, no van a resolver. Por ejemplo, la inflación que está influida por el factor internacional, la tendencia mundial de la subida del precio de los alimentos por la producción de biodiesel y por los cambios en el clima del planeta. También está la imposibilidad de seguir subvencionando los carburantes, pues el precio internacional del barril del petróleo llega ya a los 100 dólares por barril y que según cálculos irá más arriba y no bajará por muchos años.

Los cívicos cruceños insistirán en mantener el neoliberalismo que agravará la pobreza y convulsión social. Se verán obligados al centralismo y a la violencia brutal sobre las masas, y tendrán que justificar cómo es que de un gobierno supuestamente tirano como el del MAS pasáremos a otro bárbaro, fascista y criminal.

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