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ASC Noticias - Reflejando la Verdad

EL SUEÑO DE LA UNIDAD DERECHISTA

La posibilidad de estructurar un frente amplio de derechas hace aguas mostrando la tremenda debilidad y crisis de la oposición producto de una decadencia notable

(ASC – Noticias) 25 – Agosto – 2009

Por Raúl Maldonado

La novia CONALDE sigue esperando, almidonada y compuesta, al candidato único

Los prefectos de la media luna o CONALDE tuvieron el sueño de organizar un solo frente para cerrar el paso a Evo Morales, un “frente amplio” capaz de derrotar electoralmente al MAS, proyecto a donde se sumen todos, medios de comunicación de carácter antievista, movimientos sociales, organizaciones de clase media, obreros, indígenas y cuantos se pueda. Pero el proyecto va cuesta arriba porque es grande la dispersión de las fuerzas que se oponen a las reformas del MAS. Catorce candidatos y más de veinticuatro frentes o partidos disputan el escenario, todos ambiciosos retadores de Evo Morales que hacen sendos llamamientos a forjar la unidad pero a su alrededor. Por eso los prefectos frustrados no pudieron proclamar a ningún binomio el pasado 6 de agosto como prometieron porque se hubiera dado el cisma total. Ahora están a la espera de que un milagro se produzca.

Cada candidato se presenta como el más capaz para lograr la unidad ante un gobierno que hace la “confrontación”, palabrita de moda, y lo curioso es que abundan los “contra” y no los “pro”, es decir les domina la obsesión por derribar a Evo Morales sin mayores propuestas ni programas políticos de perspectiva propia, sin principios o cimientos, más bien con pura chicanería. El problema está en que son muchos y cada uno se cree imprescindible. Muchos son candidatos “tongo”, globos de ensayo para abrir espacio a otros a cambio de senaturías, diputaciones o lo que sea en el reparto del anhelado botín. La miseria política la disfrazan con improvisadas promesas como esa de resolver el desempleo y alguno hasta se atreve a decir que llevará adelante el “cambio”. No hay verdaderos elementos de programa capaz de seducir a los electores sino denuncias en torno a cuestiones del momento que artificialmente se vuelven cruciales como el caso del Silala, el traslado de gente a Pando, el problema de la gripe A y quién sabe qué más se les ocurrirá. El otro problema es que la gente no se ocupa mucho de ellos ni de las elecciones.

Tracalada de prospectos que se le presentan al CONALDE

Si algo hace difícil la unidad, de la que tanto se preocupa la oposición burguesa, es el peligro de la derrota electoral, que puede ser la última. En eso el síndrome venezolano es un fantasma que la persigue y le hace meter la pata, pues teme quedar como en Venezuela, reducida a la mínima expresión. Lo grave es que, con unidad o sin unidad, la derrota parece inevitable porque sus prospectos de candidato son malos, de pasado negro y además ya con muchas derrotas encima. La unidad es prácticamente imposible pero eso curiosamente sea tal vez lo que les salve porque no serán derrotados en tropa pues se ve es que quedarán finalmente formando 3 o 4 binomios con personalidades como las siguientes:

Jimena Costas, la politóloga y “analista” que se arranca su traje de “imparcial” y se muestra como la mujer maravilla y estratega genial comprometida a derribar al villano Evo. Parecía ser la articuladora de la tan ansiada unidad, pero hasta ella hace aguas pues en su proclamación se quedó sola. Tiene padrinos importantes, como Oscar Ortiz, Presidente del Senado y connotado ultra; el “cacique” pandino, desde San Pedro, también la recomienda asegurando que sería la época de los movimientos sociales reivindicadores de los derechos indígenas y un frente que reivindique el derecho de la mujer tendría futuro y por eso deben fabricarse candidatas; mientras el prefecto beniano Suárez Sattori cree importante perforar el dominio que ejerce Evo Morales en el occidente proponiendo apoyar a una personalidad de La Paz, capaz de dividir el frente evista. Como se ve, la manipulación y la provocación siguen siendo el método de los cívicos y prefectos.

Víctor Hugo Cárdenas, es el candidato “experimentado” por haber sido vicepresidente, sin  embargo su mayor dificultad es lograr que la gente olvide su pasado de aliado de Goni, coparticipe del proceso capitalizador como figura clave avaladora y distractiva mientras se entregaba oro y se recibía cobre. Busca aprovechar la corriente que asegura vivimos una época de apogeo indígena, jactándose de ser más capaz que Evo dominando idiomas nativos. Hasta los racistas de la media luna, saludaron su aparición en el escenario creyendo que puede derrotar a Evo, pues un clavo saca otro clavo (cumpliendo también ese requisito pasean por la pasarela candidatos como Joaquino, Alejo Veliz, o Román Loayza). Tratando de desmarcarse del MNR y otras candidaturas de derecha, Cárdenas deja claro que no irá con los emenerristas ni con Germán Antelo. En su momento pasará por encima de cualquier pudor aunque eso sí, sólo si es candidato a presidente.

Doria Medina, dice querer un “frente de izquierda” aunque esa filiación nadie se la asigna. También ha descartado a candidatos de “derecha” o “del pasado” aunque formó parte del proceso neoliberal. Hace rato promete empleos mediante la producción y exportación de alimentos orgánicos y tiene respuestas educativas centradas en bachilleratos diferenciados. Son platos cocinados por asesores de marketing político antes que por militantes que analicen, elaboren, debatan y aprueben un verdadero programa, son respuestas simplistas y coyunturales electoralistas. Doria es un empresario que fabrica un partido a su imagen y semejanza, donde como dueño decide, define qué se piensa, quién se va y quién se queda. Si cumple su sueño de ser elegido la presidencia será instrumento para mejorar sus negocios.

Manfred Reyes Villa, tiende a aglutinar en torno suyo a lo más clásico pero también más conservador, fascista y degenerado de la derecha como la ADN seguido por APB. Recibió también apoyo del piadoso traficante y exdirigente indígena Marcial Fabricano, del díscolo gral. Antezana y de la incauta Adriana Gil, supuesta izquierdista prácticamente quemada. Manfred también hace gala de su “experiencia” como alcalde y prefecto. Su acercamiento a Germán Antelo va definiendo con mayor precisión la dupla derechista más clara.

Tuto Quiroga, aparece muy debilitado porque su organización Podemos prácticamente se ha diluido, pero para impresionar elabora la respuesta de que el futuro para Bolivia es la producción de pilas de litio y como explicación a su orfandad, en su ridículo estilo de rima, asegura que “lo más importante no es el dirigente sino la gente”.

Germán Antelo, es el modelito más siniestro. Desde la cooperativa de electricidad CRE ha venido fabricando su salto a la política promoviendo su figura como nunca antes se vio con ningún personero de esa institución. Es específicamente “candidato a la presidencia de la república” respondiendo a las corrientes más ultras, fanáticas y regionalistas que dicen “¡basta! de que ‘Santa Cruz’ se arrastre tras algún colla cuando lo que le corresponde es ser cabeza del país”. Su temprana proclamación por el MNR le ha dejado solo pues nadie aparece deseoso de comprometerse con ese partido que se mueve como un cadáver viviente a la sombra de los cívicos y que en vez de fortalecerse ha saltado hecho astillas. Sin embargo por fuerza Antelo terminará metiendo el rabo entre las piernas para ser vicepresidente de alguien. Su campaña lo presenta como un tipo benévolo que no mata una mosca, cuando en realidad es recalcitrante racista y fanático regionalista que desde el Comité hizo gemir a campesinos marchistas lanzándoles unionistas para que los ataquen.

Oscar Ortiz, ha formado su agrupación llamada Consenso esperando sea la pieza de complemento a la unidad representando al Oriente, en realidad a los grupos de poder empresariales, cívicos y logieros.

Alejo Veliz, hace de papel higiénico de las logias cruceñas, aliado al inefable Velasco, el indio de Marincovich, y al caído del catre Santiesteban, son un tongo que de acuerdo a las circunstancias apoyará candidaturas que Germán Antelo y Ortiz definan.

René Joaquino, busca opacar la figura de Evo Morales proclamándose obrero e indígena, pero no puede proyectarse fuera del localismo potosino. Es una pieza que cívicos y logias cruceñas tienen para usar. Él trajinó mucho para convencer a los empresarios cruceños y ya forjó una inicial alianza con Ivo Kuljis. Tiene a Filemón Escobar, el impostor y tránsfuga, como su mentor con la cháchara de la “complementariedad de opuestos” asignada a los sabios indígenas pero que es sólo el nuevo nombre de la clásica “alianza de clases” emenerrista, es decir sometimiento de los explotados a los explotadores.

Roberto de la Cruz, aparece con posiciones demagógicas y chauvinistas amenazando que no perdonará al “hermano” Evo si entrega las aguas del Silala. Prepara su candidatura junto a Jaime Solares y probablemente Mirko Orgaz y el despistado MST.

Hugo San Martín, Peter Maldonado, son candidatos cuyas poses provocan más risa que pena.

¿Cuáles son los ejes de la campaña electoral?

La miseria de respuestas de los partidos y candidatos refleja la tremenda crisis de la clase dominante que no sabe cómo resolver los problemas del país y virtualmente está condenada a arrastrarse tras el caudillo Evo, aunque lo odie, porque todos coinciden en que su futura victoria, grande o disminuida, está cantada.

La unidad de Bolivia.

Oficialismo y oposición esgrimen este argumento frente a los “peligros de la división” que mutuamente se enrostran. La oposición usa un lenguaje apocalíptico, Doria asegura que si no gana, Bolivia se destruirá, los otros que acabará la “democracia”, todo para generar miedo y situar en la mente de muchos que en Bolivia la “confrontación” es de un solo lado, es decir producto del gobierno de Evo. Algún analista cree que la gente se preocupa en “quién divide más”.

¿Pero de qué unidad hablan? ¿De esa donde personalidades que no son programa sino caudillos, o proyecto de caudillos, son pies y cabeza a quienes hay que seguir en cualquiera de sus ocurrencias? Evo Morales es eso, un caudillo que lleva de la nariz a un conjunto de frentes disimiles que le siguen por donde a él le place. Los opositores quieren algo similar.

 

 

Pero el vacío de definición en torno al carácter de clase de esa unidad y la defensa acérrima de la propiedad, nos dice que la unidad proclamada es de corte burgués, aunque tenga adornos indigenistas. Esta unidad, ya sea la que quiere el gobierno o la oposición, busca salvar el proyecto capitalista, fracasado e inviable que se presenta como única y fatal vía. Sin embargo, el mecanismo que ambos bandos adoptan es la “autonomía” que en Bolivia, por su condición de atraso latente alentará una mayor disgregación. Lo curioso es que de pronto, desde Santa Cruz, los cívicos, tan dados a promover movimientos descentralizadores, exigen la unidad de forma más FANÁTICA y aparecen abrazándose a la bandera nacional. Es un giro electoral oportunista, la realidad les exige adoptar una pose para conseguir votos.

La crisis, los empleos, la corrupción

Todos aseguran que el problema de la crisis se resolverá mediante el impulso a la producción nacional, generando empleos. Algunos elaboran su proyecto, en base al litio o la industria alimenticia. En el fondo son improvisaciones a una realidad donde Bolivia no puede imponer condiciones sino el capital financiero internacional al que se subordinan todos asegurando ser más capaces de vender a Bolivia en el exterior.

La oposición achaca al gobierno estar en campaña permanente, usando los recursos del estado y de ser muy corrupto, cosa real, pero la oposición no tiene moral suficiente para que crean sus denuncias y peor su honradez.

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