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LA CRISIS DEL MOVIMIENTO CÍVICO CRUCEÑO DIVIDIDO

LA CRISIS DEL MOVIMIENTO CÍVICO CRUCEÑO DIVIDIDO
  • Para el movimiento cívico cruceño el dilema parece presentarse entre aceptar las nuevas condiciones dadas por el triunfo final del proyecto constitucional y su puesta en vigencia o desconocerlo aferrándose a los estatutos autonómicos tal como están.

 

(ASC – Noticias) 6 – abril - 2009

 

Por Raúl Bustamante

 

Componentes del movimiento cívico cruceño

 

A la cúspide del movimiento cívico cruceño se hallan las logias, invisibles pero poderosas, digitando todo a través de instrumentos agrupados en la llamada “institucionalidad” cruceña, donde ocupan lugar de preferencia las instituciones empresariales y las cooperativas, luego las fraternidades y comparseros y en el punto más bajo de la escala los “cunumis” (sirvientes) apostados en las juntas vecinales, la COD, la universidad, “nuestros” indígenas y otros rellenos. Al lado del Comité Cívico se halla el Comité Cívico Femenino y la Unión Juvenil Cruceñista, como instrumentos para manipular a la mujer y a la juventud, sectores clave para movilizar gente.

 

Pero hay personas y grupos independientes, aunque subordinados al movimiento cívico (considerado intocable), que pretenden darle uno u otro sentido. Ahí hay partidos políticos como ADN, MNR, FSB, agrupaciones ciudadanas, parlamentarios, movimientos como Nación Camba, Nueva República, Resistencia, y otros que aparecen y desaparecen con sus respectivos grupos irregulares y buscan imprimirle su ideario ocupando posiciones moderadas o ultras, estas últimas dominantes porque al sello conservador siempre muy marcado del comité, luego de la derrota de octubre del 2003, se le unió una pléyade de políticos en desgracia buscando refugio, contagiándole su pánico haciendo despertar miedos y cegando visiones objetivas.

 

El fracaso de septiembre de 2008

 

En Santa Cruz, las tendencias críticas al centralismo y de carácter centrifugas estuvieron siempre presentes. En la última época hubo un movimiento descentralizador, luego apareció el movimiento autonomista, que de pronto adquirió fuerza, y junto a él otro de carácter independentista que sería de ciegos negar y que en muchas ocasiones surgió desde las bases de los cabildos y otros actos con arengas antibolivianas y de una especie de nacionalismo local que pese a ser un tanto reprimido por instancias dirigenciales, reaparece por diversos senderos y hasta oficiales, impulsando la idea aislacionista, de que somos diferentes, que a nadie le debemos nada y que podemos triunfar solos.

 

El movimiento Nación Camba, en muchos casos, ha sido causante de que estas tendencias se activen. Uno de sus principales, Ángel Sandoval, dijo ya en su momento que la idea de la autonomía, relanzada por ellos, pasó a un segundo lugar al cumplir su función táctica, y que ahora corresponde impulsar la creación del estado binacional o definitivamente la independencia.

 

Siguiendo consecuentemente el plan independentista, los movimientos ultras, racistas y fanáticos impulsaron las acciones más violentas que se vieron en Santa Cruz, y muchos se dejaron llevar, las reprodujeron y las justificaron al dominar en el ambiente criterios de superioridad, de ser mejores que el resto de los bolivianos, idea apoyada principalmente por sectores pudientes y sus clientes.

 

Con ese combustible regado, la idea de hacer la ¡autonomía ya! pasando por encima del ordenamiento jurídico, tuvo su punto culminante en el asalto a entidades públicas en septiembre del 2008. Pero el rechazo popular a los actos de vandalismo hizo que los involucrados salieran muy vapuleados de este proceso, principalmente los ultras, los ejecutores, que en cierto momento quedaron sin piso, aislados y principalmente sin apoyo de sus mandantes y financiadores. Al final se hundieron porque sus acciones no fueron secundadas en la medida que esperaban, fracasaron, sobrevino el espanto ante las “tomas” y la huida de sus seguidores.

 

Estos hechos han llevado a los cívicos a una de sus mayores crisis y ahora se cuestiona todo su accionar y a sus figuras, los Marincovich, los Costas, los Dabdoub y otros, cuyo futuro se ve negro.

 

Los ultras gritan, acusan y los aparentemente moderados están a la defensiva

 

Para el movimiento cívico cruceño el dilema parece presentarse entre aceptar las nuevas condiciones dadas por el triunfo final del proyecto constitucional y su puesta en vigencia o desconocerlo aferrándose a los estatutos autonómicos tal como están. En la posición intransigente están los ultras ya sea abiertos o embozados, mientras los líderes derrotados y los moderados se asustan. La ausencia de debate evita que salgan a luz las posiciones reales.

 

Los ultras que creen ser el hoyo del queque, en realidad en todas las épocas siempre fueron fomentados y usados por el comité cívico, los líderes cruceños y ahora las logias, como grupos de choque para generar terror entre sus opositores y luego ser desechados al tornarse innecesarios o incómodos, eso nomás volvió a pasar. Pero ellos no lo aceptan.

 

Hace poco reapareció en Miami la activista “autonomista - cívica” y falangista declarada Eva Sara Landau, con su pareja Mauricio Iturri, asegurando que escaparon de Bolivia al ser perseguidos por el gobierno del MAS. En varias entregas a noticieros y revistas televisivas cruceñas se la vio continuando su cruzada autonomista y anticomunista en EEUU, pero perfilando una nueva arista, la crítica al prefecto Rubén Costas. Iturri finalmente arremetió con una carta pública mostrando su virtual rompimiento con el líder cruceño. La misiva hecha pública por varios medios no escatima epítetos contra Costas, tocando aspectos de su entorno íntimo y acusándole de ser “izquierdista”, tremendo pecado, confirmando lo que ya se veía venir, que la figura del líder quedó socavada como parte de la crisis cívica.

 

Los ultras que se creyeron los discursos y eslóganes de Costas, aseguran ahora que el “gobernador” estaba totalmente enterado de sus acciones, es decir lo incriminan en los asaltos. La respuesta de Costas a esta crítica demuestra su taco, asegura que nunca tuvo relaciones con “extremistas”. Pero el ataque ha sido demoledor y sin poder elaborar una justificación seria acaba indicando que su ciclo ha terminado, que ya no va más. Algún crítico anota que el surgimiento de Costas fue artificial, una opción tomada por los grupos de poder ante el vacío dejado por Carlos Dabdoub, verdadera pieza clave, que extrañamente se embarcó como candidato a la vicepresidencia donde fracasó estrepitosamente.

 

Es indudable que todo proceso es contradictorio y las partes se influyen mutuamente y el extremismo y fanatismo, muy alto en ocasión de las tomas, estuvo a punto de definir la suerte de la conspiración, pero no pudo.

 

Sin embargo los ultras siguen creyendo que son dueños del proceso, sin darse cuenta de lo que ha pasado, de porqué retrocedieron los líderes. Ellos simplistamente califican de “mariconadas” la reacción de Costas y compañía, creyendo que las acciones de terror debían seguir, pero como tales cosas ya no van porque no tienen cabida, piden cuentas y acusan de traidores a los que les abandonaron. Los pobres, temperamentales y poco juiciosos, fáciles de manipular, fueron usados por los verdaderos poderes que están detrás.

 

Ahora, en medio de su fracaso, los ultras tienden a hacerse más ultras. Ya han sacado un manifiesto pegado en las paredes de la plaza autoproclamándose “ciudadanos y habitantes del departamento de Santa Cruz… que nunca van a renunciar a su libertad y que están dispuestos a enfrentar al agresor en cualquier situación antes de ser sometidos” y lanzan amenazas temerarias en lenguaje desesperado, discriminador y racista, pero que no logra mayor apoyo. Han declarado que su mayor objetivo actual es lograr que los “estatutos autonómicos”, aprobados en mayo del año pasado, se apliquen ya, aunque choquen con la nueva constitución y descalifican a Costas y su séquito de asambleístas por no hacer nada.

 

El falangista Otto Ritter opinó solitariamente dos semanas atrás, entrevistado en canal 13, que es momento de ponerse a la altura, reconocer la nueva constitución, adecuar los estatutos a ella y tomar control del territorio llevando adelante la organización de las autonomías indígenas antes de que lo haga el gobierno. Semejante posición no ha sido respondida pero para los ultras es inaceptable.

 

En la CRE, donde dominan las posiciones más conservadoras a la cabeza de Germán Antelo, expresidente del Comité Cívico, en febrero pasado una asamblea de los 400 delegados distritales, convocada en el salón Sirionó de la Fexpo, instruyó que en la CRE nadie podía ser masista ni apoyar la nueva constitución.

 

Dictadura de los intolerantes sólo trae mediocridad

 

Todo este proceso ha dado un fruto muy malo, contrario hasta a la prédica de los dirigentes cívicos que tan desesperados claman por un liderazgo de calidad siendo que cunde más bien la mediocridad, la falta de ideas, la mentira, la falsificación. Qué otra cosa se puede esperar de gente preñada de criterios elitistas, fascistas, patronales, que ponen piel de gallina al oír otras posiciones. Aquí vemos cuánto daño hace la ultraderecha negando las libertades democráticas, la de expresarse, organizarse y actuar, con el argumento totalitario de que todos deben estar unidos en torno a la autonomía, imponiéndose el terror, garrote de por medio, golpeando impunemente ciudadanos en las calles por el solo hecho de discrepar. Y ese miedo aún impera en Santa Cruz.

 

Si algo bueno debiera salir de esto es que se aprecie la importancia de que haya posiciones divergentes y uno pueda hacerse escuchar sin por ello ser estigmatizado y perseguido. Eso permitiría que la gente se politice. Eso requiere Santa Cruz con urgencia para sacudirse de los logieros cívicos y los impostores que son sus operadores en las organizaciones que copan y destruyen. Sin embargo eso no pasa.

 

Ayer nomás, en la marcha cívica por “democracia”, unos mozalbetes desplegaron una tela que decía “¿Dónde están nuestros líderes…?” como una crítica a quienes les llevaron a acciones osadas pero se hicieron humo, pero la Unión Juvenil Cruceñista destruyó brutalmente esa tela por instrucción de alguien desde el Comité que no acepta esa crítica. De todos modos fue para una parte de los ultras como probar de su propia medicina.

 

Llueven críticas a los cívicos

 

La crítica a los dirigentes cívicos es secreto a voces sin llegar a ser objeto de debate y análisis abierto.

 

También Otto Ritter anotó que “hace más de veinte años el movimiento cívico viene fracasando por estar controlado por logias”

 

En cambio desde la posición ultra llueven las amenazas. Un conocido locutor díscolo llama a conformar una nueva “dirigencia de nuestro pueblo… donde converjan los que quieren vivir libres y no los cobardes y sinvergüenzas”. Esta es una amenaza para los dirigentes cívicos actuales y hasta para los medios de comunicación y otros que “siguen c.. de miedo porque no tienen convicción sino intereses, negocios”. A nombre de los ultras asegura que actuarán aunque “llenemos los cementerios” llamando a hacer una “organización profunda, donde la patria camba sea el emblema, la patria camba el jane” queriendo decir con eso que lo actual no sirve.

 

Este tipo de ultras, enarbolando la consigna de “arriba cruceños hagamos historia, de pie…”, quiere seguir en la “jocha” asegurando que nada les hará cambiar, “sólo los cementerios”, que hay que volverse a poner las pilas, que hay que descolonizar Santa Cruz, que no hay ningún parecido entre Santa Cruz y Bolivia y que patatín patatán… persistiendo en sus delirios, además desgarrándose las vestiduras denunciando ¡fraude! por todo lado, exagerando la crítica negando la realidad de un país donde nunca hubo verdadera democracia y donde siempre funcionó así la cosa, aunque parece que los aprendices superaron a los maestros.

 

El hecho de que el comité evoluciona interviniendo abiertamente en tareas políticas, lo que siempre se disimulaba, lo hace aún más pasible a críticas. Con Marincovich, poderoso empresario, adoptó un notable sello de clase pudiente y ahora su nueva directiva combina abiertamente a empresarios y políticos como el ganadero adenista Guido Nayar y el estalinista Nicolás Rivera.

 

En el propio CONALDE, reunido el fin de semana, también aparecieron fisuras y se dice que hubo fuertes encontrones.

 

 

2 comentarios

Javier Sandoval Aguilera -

Erick:

Si ese es el concepto que tenés de los cruceños...te invito cordialmente a que te vayás a mierda.

3r1ck -

Así no más los pollitos de los oligarcas están sacando los trapitos al sol, peroni eso les dejan a los pobres...

Es que como dijo un forista ya:

"Tierra llena de tontos útiles que no dudan en ser usados como carne de cañon ya sea para abrir un campo más de batalla en la ya terminada guerra fría o para defender el sueño de que algun día poder ser igual a los "cívicos" y gastarse plata mal habida en tragos y tirarse unas tristes "magníficas.""